Una jueza andorrana investiga por lavar fondos a uno de los dueños de la joyería Daoro de Caracas
Un joyero venezolano ayudó presuntamente a blanquear 5,5 millones de dólares (4,7 millones de euros) a la trama de dirigentes y empresarios cercanos al presidente venezolano Hugo Chávez investigada por perpetrar el saqueo de la compañía estatal Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA) y ocultar el botín en la Banca Privada d’Andorra (BPA).
Se trata de Habib Ariel Coriat Harrar, de 50 años, que está siendo investigado por un presunto delito de blanqueo de capitales por la jueza andorrana Stéphanie García después de que los funcionarios de la Unidad de Inteligencia Financiera d’Andorra (Uifand) —un organismo público del país pirenaico que persigue el blanqueo— descubrieran el inexplicable flujo de dinero que entró en la cuenta que manejó en la BPA y que figuró a nombre de una sociedad radicada en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes Británicas.
Coriat es uno de los propietarios de la joyería de lujo Daoro San Ignacio CA, ubicada en el centro comercial San Ignacio de Caracas. Y en 2011 cobró más de 5,5 millones de dólares (4,7 millones de euros) de tres de los actores principales del presunto expolio de PDVSA por la venta de 250 relojes de las marcas Rolex (oro y acero), Cartier, Chopard y Breguet.
Los compulsivos compradores de los relojes de lujo fueron Nervis Villalobos, exjerarca chavista y exviceministro de Energía y Petróleo de Venezuela, que pagó al joyero 1,5 millones de dólares (1,3 millones de euros); el empresario venezolano Diego Salazar, primo de Rafael Ramírez, exministro de Petróleo y expresidente de PDVSA, que abonó cuatro millones de dólares (3,4 millones de euros); y Javier Alvarado, el todopoderoso exviceministro de Energía y Petróleo y director entre 2007 y 2010 de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec). Alvarado transfirió al joyero 141.480 dólares (122.437 euros), según un informe de la Uifand de septiembre de 2020 al que ha tenido acceso EL PAÍS.
El joyero Habib Ariel Coriat, al igual que los exjerarcas chavistas, tenía desde agosto de 2011 cuenta en la Banca Privada d’Andorra y, según la Uifand, recibió dinero de sus clientes en un depósito abierto a nombre de su sociedad instrumental Golson Ltd, radicada en Tórtola, capital de Islas Vírgenes Británicas.
La cuenta andorrana de Coriat recibió 18 abonos mediante traspasos internos —un sistema que no deja rastro— por un total de 5,5 millones de dólares (4,7 millones de euros) y en el know your client (conoce a tu cliente, en inglés), una suerte de tercer grado al que somete la entidad a sus clientes para que expliquen el origen de sus fondos, Coriat indicó que su negocio facturaba siete millones. Y anunció que recibiría dinero de clientes de la BPA como Villalobos; Salazar; el magnate de los seguros Omar Farias; y el exdirector de Producción de PDVSA Luis Carlos Parada, entre otros.
Pese a que la sociedad Golson Ltd emitió facturas por los pagos de los Rolex y Cartier, los investigadores de la Uifand creen que estas ventas millonarias sirvieron para blanquear dinero de los jerarcas chavistas. Y destacan que las facturas no especifican las referencias de los relojes ni sus certificados de autenticidad.
“Una empresa que se dedica a la asesoría energética, Josland Invesment S. A. (sociedad panameña de Villalobos), compra 32 relojes de lujo por 1.185.900 dólares (un millón de euros). Las operaciones que emplean este tipo de compras de productos de lujo han sido utilizadas históricamente para el blanqueo de capitales debido a que es un producto que raramente pierde valor en el transcurso del tiempo”, señala el informe del organismo público pirenaico.
En la cuenta andorrana del joyero, los investigadores han encontrado, también, otra huella que conduce al expolio del gigante del petróleo venezolano. Una transferencia de 375.580 dólares (325.119 euros) desde la sociedad Tradequip Services and Marine Inc, con cuenta en el Bank of America, vinculada a Roberto Enrique Rincón, detenido en 2015 en EE. UU. por blanqueo de capitales de PDVSA. Rincón está siendo investigado por las autoridades españolas en el marco de la querella que los actuales gestores de la petrolera presentaron contra varios directivos de la compañía afincados en España.
El joyero de Caracas fue más rápido que sus clientes venezolanos que acapararon las existencias de Rolex. Y se apresuró a dejar de utilizar su cuenta en la BPA antes de que el Gobierno de este principado pirenaico interviniera el banco en 2015 tras recibir el aviso de las autoridades de EE UU de que la entidad estaba siendo utilizada por distintas organizaciones criminales para blanquear fondos. El 20 de noviembre de 2014, la propia BPA cerró la cuenta de Coriat por falta de actividad.
Los tres clientes del joyero Coriat han sido procesados junto a otras 25 personas, entre ellas varios directivos de la BPA, por un juzgado de Andorra por un presunto delito de blanqueo de capitales. La jueza Canòlic Mingorance les acusa de facilitar contratos de PDVSA a compañías extranjeras, en especial chinas, a cambio de sobornos y comisiones que se abonaron en una telaraña de sociedades panameñas y en 37 cuentas de los procesados en la BPA, a 7.400 kilómetros de Caracas. El botín —que la Fiscalía de Venezuela cifra en 4.200 millones— se movió desde el Principado a paraísos fiscales como Belice o países blindados por el secreto bancario como Suiza a través de un retorcido laberinto que los investigadores han tardado años en descifrar.
EL PAÍS ha intentado sin éxito recabar la versión de Habib Ariel Coriat.
Los relojes de lujo no fueron los únicos caprichos de la trama que expolió PDVSA. El exviceministro Villalobos, el empresario Salazar y el primo de este Luis Mariano Rodríguez Cabello desembolsaron cerca de 10 millones de euros en bienes de lujo entre 2007 y 2012. Las compras se canalizaron a través de una opaca maraña de 37 cuentas corrientes en esta entidad de Andorra, un país blindado hasta 2017 por el secreto bancario y con una legislación que no incluía hasta ese año el delito fiscal. El tren de gastos de los exjerarcas chavistas incluyó abonos de tres millones de euros en joyería; dos millones en obras de arte; un millón en vinos y 516.012 euros en el alquiler de helicópteros. Los dispendios contemplaron también trajes a medida (953.000 euros) y un apartado dedicado a delicias gastronómicas como caviar y jamón (125.000). Salazar llegó a gastarse 493.573 euros en 2012 en 694 botellas de vino. La partida incluía caldos como el Pomerol Petrus de 1990 (5.560 euros la unidad).