El diputado Julio Montoya, documento en mano, denuncia corrupción en la compra de carne importada (guiso, guiso, ojo…). Con la autorización del congreso, sin verificación de presupuestos ( si es que alguna vez lo hubo), se compra al doble del precio internacional marcado en la bolsa en dólares. Este guiso se escribe con GUISO, en mayúsculas. Está claro, todo este sobredimensionamiento de la represión, en el fondo, es para ocultar los negocios que sigue haciendo la mini cúpula del poder . Hay que desenmascarar este juego perverso, no para detener las protestas, sino para ponerle nombre y apellido en debates públicos a los culpables del desabastecimiento, e iniciar en el exterior, las investigaciones ante organismos nacionales, del robo que algunos ciudadanos venezolanos hacen del patrimonio público.
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