El presidente de Paraguay dijo que uno de los tripulantes aprovechó uno de los vuelos a la isla para “operarse la cara”. Al mismo tiempo en el Congreso argentino presionan a Alberto Fernández para que aclaren supuesto espionaje a favor de Chile
El drama con el avión venezolano-iraní retenido en Argentina está lejos de terminar. Y si bien expertos esbozaron conclusiones sobre actividades turbias que podría haber desempeñado la aeronave y su tripulación en distintos vuelos internacionales, aún quedan muchas preguntas por responder. Para obtenerlas, deberán continuar las investigaciones al mismo tiempo que nuevos detalles del caso salen a la luz.
Puntualmente, en las últimas horas el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, habló de nuevo al respecto. En primer lugar, volvió a mencionar los presuntos vínculos con el terrorismo de los tripulantes venezolanos e iraníes. También aseguró que “uno se operó la cara, para cambiársela, en Cuba».
Citando las similitudes de esa posibilidad con una película de ficción, el mandatario paraguayo agregó que «más cosas se van a saber en el tiempo», luego de que el aparato de inteligencia de ese país revelara detalles que terminaron dejando en ridículo al gobierno argentino de Alberto Fernández.
De esta manera, el caso que pasó de escandalizar a Argentina ya cobró la magnitud como tema de interés internacional, con Israel afirmando que los tripulantes del avión venezolano-iraní en Argentina trafican armas al mismo tiempo que Irán calificó de «vanas e infundadas» las acusaciones contra los cinco tripulantes originarios de ese país.
Cargamento de cigarrillos Paraguay-Aruba
Ya se conoce la ruta previa que hizo el avión con matrícula YV3531 antes de llegar a Buenos Aires. Que pasó por México, luego por la ciudad argentina de Córdoba y sus posteriores intenciones de volar hasta Uruguay donde se le negó el acceso, hasta llegar a la capital del país, donde lo esperaban con información de inteligencia.
Pero hay una parada de la que no se había hablado mucho hasta ahora y que tiene que ver con las investigaciones paraguayas. Y es que el 13 de mayo de este año la aeronave aterrizó en Ciudad del Este, hasta el 16 mayo que viajó hasta Aruba. Por este punto en particular del caso salieron funcionarios venezolanos a dar explicaciones para apabullar la ola de críticas que apuntan al presunto pacto entre Venezuela e Irán relacionado con el comercio ilegal de armamento.
Mario Arraga, gerente de Finanzas de Emtrasur (empresa propietaria del avión y filial de Conviasa), ofreció a Noticias Paraguay justificaciones sobre problemas técnicos, logísticas con el combustible y el «descanso» de la tripulación para explicar por qué el Boeing 747 paró tantos días en Paraguay. Para el gobierno de Mario Abdo Benítez fue en esencia, una estadía excesiva, considerando que solo transportaba una cargamento de cigarrillos.
Otro punto es que el avión no solo mantenía rutas constantes con Irán, Rusia y Serbia, también con Cuba de acuerdo a una captura de inicios de abril difundida por el portal 14ymedio. Esto coincide con la presunta cirugía plástica de uno de los iraníes mencionada por el presidente paraguayo.
Operaciones de inteligencia para favorecer a Boric
Unos que no están dispuestos a que el gobierno argentino de Alberto Fernández deje pasar este peligroso precedente con el avión venezolano-iraní son diputados del bloque PRO quienes pidieron al Poder Ejecutivo información sobre un presunto pedido de la vicepresidente Cristina Fernández al régimen venezolano para que «estableciera en territorio argentino una base no oficial para realizar tareas de ciber inteligencia con el fin de recopilar, procesar y organizar información política local e internacional».
El proyecto de resolución menciona a tres venezolanos, de los cuales dos serían tripulantes del polémico vuelo. “Todos los identificados participarán y ejecutarán operaciones de ciber inteligencia a favor de Gabriel Boric (Chile)”, menciona el documento replicado por el medio El Libero.
Como resultado y tal como cita la petición firmada por los diputados Gerardo Milman y Cristian Ritondo, ya no se trata de un vuelo con «instructores iraníes» —como había aseverado el gobierno de Fernández— ni de fletero internacional de cigarrillos o autopartes.
“Es, en apariencia, una acción de alimentar de equipamiento tecnológico a una base de operaciones de Ciber Inteligencia con agentes venezolanos, para operar en el Cono Sur y con el apoyo e interés de sectores del propio gobierno”.