Ramsés Rueda lamentó que las autoridades venezolanas sean aliadas de los narcos y no de la legalidad, cuando se sabe que el consumo de drogas se cobra la vida de millones de personas al año. Ante esa situación y la necesidad de combatir el narcotráfico vía aérea, a la FAC le encargaron diseñar un plan u operación para frenar el delito, y en 2019 nació Zeus, una estrategia que surge para combatir “las aeronaves ilegales al servicio del narcotráfico fuera de la frontera”
En promedio, la Fuerza Aérea Colombiana detectó casi dos vuelos ilegales al día sobrevolando espacio aéreo del país durante el 2003.
Ese año, las autoridades colombianas detectaron las trazas de 639 de naves volando sin permiso y asociadas a actividades ilegales. El año pasado, solo se detectaron en el país cinco de esos vuelos. Al tiempo que en Colombia se reducían las trazas de naves ilegales, hubo un comportamiento contrario en los vuelos detectados en espacio aéreo de Venezuela.
Uno de los grandes logros de la FAC ha sido reducir sustancialmente los vuelos ilegales del espacio aéreo nacional; aeronaves sin planes de vuelo, sin matrícula o con matrículas falsas que son utilizadas para transportar droga, armas o dinero y que de paso ponen en riesgo la seguridad de los vuelos comerciales.
En 2003, la FAC lideró todo un plan operacional para enfrentar el tráfico de cocaína usando el espacio aéreo. Desde ese año se empezó a llevar un registro de los vuelos ilegales detectando las trazas en territorio nacional.
“Para ver y controlar lo que se mueve en el aire se necesita un sistema de defensa aérea integral, el cual se empezó a conformar hace 30 años”, le dijo a EL TIEMPO el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana, el general Ramsés Rueda.
De acuerdo con el oficial, con el apoyo de Estados Unidos se adquirió el primer radar y, con el paso de los años, hoy nuestro país cuenta con uno de los más sofisticados sistemas de defensa aérea, “radares que permiten observar aire y superficie, aviones de seguimiento, de inteligencia, plataformas y un personal capacitado con los más altos estándares, entre otros”, puntualizó el general Rueda.
Esos esfuerzos llevaron a la FAC a combatir los vuelos ilegales y, de esta manera, de 639 trazas detectadas en 2003 se pasó a 43 en 2008. Asimismo, paralelo al resultado positivo en los cielos nacionales, se evidenció el traslado del problema a Venezuela, donde en 2008 se registraron 76 vuelos irregulares.
La cifra ha ido creciendo año tras año, mientras que en 2009 en Colombia se detectaron 16 trazas, ese mismo año en Venezuela fueron 102. En 2019, la FAC detectó 9 vuelos ilegales sobre territorio nacional, mientras que en Venezuela fueron 256. Y en pandemia, en 2020 la FAC registró 9 en Colombia y 200 en el país vecino. El año pasado se reportaron 5 trazas ilegales en Colombia y 146 en Venezuela.
El comandante de la FAC señaló que por el tema de seguridad aérea los radares de Colombia detectan los vuelos irregulares que ingresan o salen de Venezuela. “Así como (la Fuerza Aérea Venezolana, FAV) tienen radares en la frontera y nos ven, eso es normal, para eso son los radares, entre otros para garantizar la seguridad aérea de los vuelos internacionales”, dijo el general.
El oficial señaló que con Estados Unidos hay un acuerdo de cooperación binacional, el programa Air Bridge Denial (ABD), que es la negación del puente aéreo del narcotráfico. “Ellos nos dieron entrenamiento y asesoría”.
Advirtió que el problema sigue, porque aunque la coca ya no sale de Colombia, “siguen saliendo toneladas de cocaína desde Venezuela, y ese es un problema transnacional”.
Para el general Rueda, uno de los grandes problemas es la complicidad de las autoridades venezolanas en el tráfico de cocaína, “que no hacen nada para impedirlo”, con el agravante de que no hay relaciones entre los dos países, por lo que no hay intercambio de información.
El uniformado lamentó que Venezuela sea un aliado de los narcos y no de la legalidad, cuando se sabe que el consumo de drogas se cobra la vida de millones de personas al año.
Ante esa situación y la necesidad de combatir el narcotráfico vía aérea, a la Fuerza Aérea Colombiana le encargaron diseñar un plan u operación para frenar el delito, y en 2019 nació Zeus.
Zeus en los cielos
De acuerdo con el general Rueda, Zeus no es una operación, sino una estrategia que surge para combatir “el blanco aéreo, es decir, las aeronaves ilegales al servicio del narcotráfico fuera de la frontera”.
En esa línea, la Fuerza Aérea Colombiana tiene como misión la defensa de la soberanía, lo que implica desarrollar operaciones aéreas para hacer interdicción.
Por ello, Zeus ha logrado integrar la cooperación en tiempo real de las fuerzas aéreas de los países, especialmente sobre el Caribe, en la lucha contra el tráfico de sustancias ilícitas, que tras detectar un vuelo ilegal hacen un seguimiento en radares, plataformas y otras ayudas tecnológicas para obligarlas a aterrizar o ubicar el punto donde lo harían para que en tierra se proceda a incautar la droga y realizar capturas.
“Los vuelos que salen cargados de coca desde Venezuela tienen como ruta islas como Haití y países en Centroamérica como Guatemala y México”, le afirmó a este diario el general Rueda.
Pero no siempre las aeronaves llegan a su destino. Por Zeus se tiene identificado que el año pasado se accidentaron 10 aeronaves en Centroamérica, una de ellas, una aeronave tipo Sabreliner 65, con matrícula XB-OVE.
Por información de la FAC, las fuerza aéreas del Caribe la interceptaron (mayo) y la aeronave se accidentó en inmediaciones de Belice. En Centroamérica, las aeronaves que logran aterrizar en su gran mayoría son incendiadas por los narcos.
De acuerdo con el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana, desde que se lanzó Zeus, Colombia ha participado en 12 despliegues operacionales y se han efectuado “198 misiones de control de espacio aéreo, algo así como 484 horas de vuelo y la incautación de 21,57 toneladas de cocaína, que equivalen aproximadamente a 711 millones de dólares”.
En actividades de inteligencia con las fuerzas aéreas de la República Dominicana y Guatemala se han determinado nuevas rutas y centros de acopio utilizados por los grupos delictivos transnacionales.
Una de esas rutas, señaló el oficial, se registra desde Ecuador, “donde en la frontera se empezaron a identificar trazas irregulares, pero los delincuentes afectaron el radar de las autoridades ecuatorianas. Empieza a preocupar Brasil, donde se están incrementando los vuelos ilegales en la frontera con Venezuela”, señaló el comandante de la FAC.
Entre las actividades sobresalientes de Zeus en territorio nacional está la registrada el 15 de enero de 2021, “ese día se ejecutó el procedimiento de control del espacio aéreo, en Vichada, donde el sistema de defensa aérea detectó una aeronave en espacio aéreo venezolano proveniente de Brasil y con rumbo al espacio aéreo colombiano”, dijo Rueda, quien señaló que se ordenó que despegaran aviones de combate tipo A-29 desde el Grupo Aéreo del Oriente.
Los Tucano interceptaron la aeronave al ingresar al espacio aéreo colombiano. Esta se identificó como una bimotor, tipo Piper 23, con matrícula PT-KFN, y fue disuadida de continuar con su vuelo y obligada a aterrizada en Puerto Carreño, Vichada, donde se coordinó con la Policía Nacional, que tomó el control de la aeronave y su tripulación, de nacionalidad brasileña, la cual fue puesta a disposición de las autoridades judiciales.
Resultados en EE UU
Otra actividad desarrollada con base en la estrategia Zeus se concretó en Estados Unidos, donde agencias federales desarticularon en el 2021 la empresa Aircraft Guaranty Corporation, dedicada a la venta de aviones –especialmente considerados de alto rendimiento– sin mayores controles.
Luego de dos años de investigaciones se concluyó que las aeronaves eran usadas por redes de narcotraficantes.
Funcionarios de la empresa servían de intermediarios entre el comprador y el vendedor bajo la figura de fideicomiso, y así las organizaciones ilegales obtenían las aeronaves, “que eran utilizadas para el transporte de divisas desde Centroamérica hacia Suramérica y, posteriormente, en la ruta de regreso con cocaína”, se lee en el dosier contra la empresa.
El intercambio de información entre las fuerzas aéreas de la región permitió la carga de pruebas contundente contra los involucrados.
La prueba reina contra la empresa fue la ubicación de una aeronave tipo Gulfstream II (17 de febrero de 2021, en Belice), que fue obligada a aterrizar y luego inmovilizada por las autoridades, que encontraron en el interior 2.310 kilos de cocaína y que estaba en papeleo.
La empresa en mención registró la adquisición y venta de más de 800 aviones de todo tipo, de hecho, se encargaba de comercializar jets, a los cuales les quitaban las sillas para darles espacio a 2 y 2,5 toneladas del estupefaciente.
GDA | El Tiempo | El Nacional