En las instalaciones de Chernóbil y Zaporiyia hay grandes cantidades de material nuclear en forma de combustible nuclear gastado o fresco, además de otros tipos de material atómico.
Este miércoles se registró un corte en la transmisión de datos que permite la vigilancia remota del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de las centrales nucleares de Chernóbil y Zaporiyia, ubicadas en Ucrania. Ambas estructuras están controladas por fuerzas militares rusas.
De acuerdo con EFE, el director general del OIEA, Rafael Grossi, se mostró “preocupado por la repentina interrupción de estos flujos de datos a la sede del OIEA en Viena». En ambas instalaciones hay grandes cantidades de material nuclear en forma de combustible nuclear gastado o fresco, además de otros tipos de material atómico.
Con estas maniobras, Rusia ya está rebasando los límites en su guerra contra Ucrania. Previo a esta interrupción, sus fuerzas militares desconectaron la planta nuclear de Chernóbil, dejándola sin la posibilidad de enfriar el combustible gastado que propiciaría la liberación de radicación. La preocupación por la continuidad en estos ataques es general.
“Toda la línea de suministro de energía de la planta de energía nuclear de Chernóbil y todas sus instalaciones nucleares controladas por el ejército ruso han resultado dañadas. Chernóbil está sin enegía. Hago un llamado a toda la comunidad internacional para que pida inmediatamente a Rusia que cese el fuego y permita que los equipos de reparación restablezcan el suministro de electricidad lo antes posible”, solicitó más temprano Dmytro Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, en su cuenta de Twitter.
Los generadores diésel de repuesto alimentarán la planta y sus instalaciones durante 48 horas. Luego, el sistema de enfriamiento del almacenamiento de combustible nuclear gastado se cerrará, lo que amenazará con la fuga de radiación. “La guerra bárbara de Rusia amenaza a toda Europa”, indicó el canciller.
La empresa estatal ucraniana Energoatom reporta que existen unos 20000 elementos de combustible gastado en Chernóbil que no podían mantenerse fríos en medio de un corte de energía. Si estos elementos se calientan, se podría provocar la liberación de sustancias radiactivas que se transportaría por el viento a otras regiones de Ucrania, Bielorrusia, Rusia y Europa. Además, sin energía, los sistemas de ventilación de la central tampoco funcionarían, exponiendo al personal a peligrosas dosis de radiación.
Circunstancias dramáticas
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas informó en un primer comunicado que la planta tiene las herramientas para asegurar la disipación eficaz del calor, pero advierte que hay “estrés y fatiga en el personal” sin rotación desde el 24 de febrero, cuando comenzó la invasión rusa que viola siete normas de seguridad nuclear.
Más de 200 técnicos y guardias están bloqueados en el lugar y tienen 14 días de trabajo sin descanso bajo vigilancia rusa. Desde sus redes sociales, la OIEA precisa que «la carga térmica de la piscina de depósito de combustible usado y el volumen de agua de enfriamiento son suficientes para garantizar una evacuación eficaz de calor sin electricidad”.
Sin embargo, el alto representante de la Unión Europea, Joseph Borrell, exhortó a Rusia a preservar la seguridad de la infraestructura nuclear de Ucrania y espera que pronto haya “un acuerdo sobre soluciones prácticas en estas dramáticas circunstancias”.
Otra planta en riesgo
Además de Chernóbil, Rusia también tiene bajo su control a la planta de energía nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa. Allí hay 50 unidades de equipo pesado. También atacó con cohetes no guiados el Instituto de Física y Tecnología de Járkov, que alberga una instalación llamada Fuente de Neutrones de 73 millones de dólares que utiliza un reactor nuclear para la investigación de medicamentos, industria y física.
En el caso de Zaporiyia, más de 500 soldados rusos “torturan al personal” convirtiéndolo en rehén, aseguró Herman Halushchenko, ministro de Energía de Ucrania, mientras advierte que Putin intenta provocar un “desastre ecológico a gran escala”.
Sus seis reactores son de agua a presión, en funcionamiento entre 1985 y 1995. A diferencia de Chernóbil, los reactores también están alojados en unidades de contención de hormigón reforzado con acero grueso que están construidas para resistir explosiones extremas, como un accidente aéreo.
Un experto nuclear citado por Infobae sostiene que el “peor escenario” para Zaporiyia sería similar a lo que sucedió en Fukushima en Japón en 2011, un accidente nuclear que, a diferencia de Zaporiyia, no provocó muertes directas. En Fukushima, el agua de un tsunami de 10 metros de altura que mató a casi 19.000 personas golpeó la costanera y los muros de la planta de energía, que se vio inundada. También apagó los generadores de emergencia que proporcionan energía al sistema de refrigeración.
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