Maduro celebró alcanzar una producción superior a un millón de barriles de petróleo en diciembre, pero Rafael Quiroz aclara que no es el promedio mensual sino un logro de unos pocos días, y advierte que el hito de los 2 millones de barriles diarios prometidos por el chavismo es una fantasía
TalCual | enero 28, 2022
Las expectativas de recuperación de la industria petrolera son, según la vocería del gobierno chavista, muy esperanzadoras. Una meta de 2 millones de barriles producidos diariamente fue fijada por el mandatario Nicolás Maduro para 2022.
Este crecimiento contemplaría un auténtico resurgimiento desde las cenizas de una industria en estado famélico, que alcanzó sus mínimas cuotas de producción en 77 años al extaer apenas 393.000 barriles de petróleo diarios (bpd) en junio de 2020.
Este crecimiento contemplaría un auténtico resurgimiento desde las cenizas de una industria en estado famélico, que alcanzó sus mínimas cuotas de producción en 77 años al extaer apenas 393.000 barriles de petróleo diarios (bpd) en junio de 2020.
Venezuela no producía tan poco petróleo desde 1943, cuando la industria petrolera apenas nacía y la nación no necesitaba tantos recursos con una población mucho más pequeña y poco industrializada.
Aunque este mínimo en casi ocho décadas tuvo relación con las sanciones de Estados Unidos y la pandemia, la mayor parte de la responsabilidad de la contracción responde a la crisis que sufre la industria por desinversión, la corrupción y el descuido de la administración chavista.
Durante 2021 la situación mejoró para la estatal, que cerró el año con una producción 871.000 bpd según datos del Ministerio de Petróleo, aunque la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) calcula más bien 681.000 bpd de acuerdo con fuentes secundarias.
Ante esta leve recuperación, Nicolás Maduro y otros voceros del oficialismo han afirmado que la industria resurgirá y alcanzará niveles de producción que tenía antes del declive, proyectando un promedio de 2.000.000 bpd para el cierre de 2022.
Sin embargo, esta estimación parece ser excesiva. Según explica el experto petrolero Rafael Quiroz, la industria nunca ha afrontado un proceso de crecimiento tan acelerado, ni siquiera en sus mejores etapas de inversión y desarrollo.
«No se entiende de qué manera pudiera recuperarse la producción de petróleo y crecer hasta 2 millones de barriles diarios, cuando en Venezuela jamás se ha logrado un incremento de producción inter anual de tal magnitud, aun ni en los mejores tiempos de PDVSA y de la época de las concesionarias cuando fluían las inversiones y se ejecutaban planes de inversión», reflexionó en su análisis mensual de la situación petrolera.
Después de que Maduro celebrase el haber alcanzado el millón de barriles diarios de producción a mediados de diciembre, Quiroz contextualizó al aclarar que, si bien el hito es cierto, solo se logró un día o unos pocos, pues los promedios solo alcanzaron los 800.000 y la producción anual fue de 363.000 bpd.
Sin embargo, en lugar de incrementar las cuotas de producción en la industria, Quiroz señala que no sería descabellado ver una contracción durante 2022, puesto que la operatividad actual es poco sustentable debido a que depende de intercambios comerciales costosos.
«Se teme que la producción pueda retroceder, y más aún cuando su dinámica va a estar dependiendo que se sostenga el costoso intercambio de embarques de crudo merey por condensado iraní, para empujar la producción de la Faja y mover las exportaciones de DCO (petróleo crudo diluido) o Merey», destacó.
Producción mundial
A la situación de la industria en Venezuela se suman factores externos, como los precios de los hidrocarburos, que son determinados por el mercado global en un contexto complejo por los estragos que ha dejado la pandemia.
Ante un excedente de demanda propiciado por una reducción de consumo a raíz de la paralización comercial por la pandemia, los países de la OPEP y sus aliados han acordado recortar sus respectivas capacidades de producción para evitar que los precios del mercado caigan.
Para este año se prevé que OPEP+ agregue unos 4,4 millones bpd en 2022. De esta manera, quedarían aproximadamente 2,6 millones bpd que no se producirían, pese a que los saudíes y los emiratos tengan la capacidad para suplir este sobrante.
Además, Quiroz subraya que no puede descartarse un mercado que tenga mayor tendencia a la demanda, que genere mucha volatilidad al alza en los precios y que Arabia Saudita decida incrementar su producción para estabilizar los precios.