Prof. Luis Loreto. La Facultad de Ingeniería de la UCV, algunos nombres, algunas fechas.
Para tratar de no hacer tan árido este breve e incompleto resumen sobre la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela, mi alma mater, lo he sazonado con algunos comentarios anecdóticos.La Escuela de Ingeniería, una institución independiente, se crea en enero de 1895 bajo el gobierno de Joaquín Crespo. De la misma manera como numerosos desarrollos tecnológicos han surgido por razones bélicas, originalmente la ingeniería iba de la mano con lo militar. En tiempos de Crespo había poca diferencia entre militares e ingenieros y esto últimos detentaban grados castrenses. Cabe destacar que el primer nombre y el primer retrato que recoge la galería de ingenieros ilustres del Colegio de Ingenieros de Venezuela es el de Antonio José de Sucre. La Escuela, que ofrecía las carreras de ingeniería civil, militar, agronómica y arquitectura, el 7 de enero de 1916 es integrada a la Escuela de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de la Universidad Central de Venezuela, y en 1936 pasa a ser denominada Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.Durante el gobierno de Isaías Medina Angarita continúa la tendencia dinamizadora de la enseñanza universitaria, iniciada en el período presidencial de Eleazar López Contreras. De esta suerte, en l942 se concibe la creación de la Ciudad Universitaria y en 1943 las 164.000 hectáreas de la Hacienda Ibarra, en donde se cultivaba la caña de azúcar, son compradas por el ejecutivo nacional para materializar las edificaciones. El amplio proyecto incluía la instauración y construcción, entre otras, de la Facultad de Ingeniería. La cohorte 45/49 empieza a recibir clases en el trapiche de la hacienda, sitio donde hoy en día se erige el gimnasio cubierto.
Mi primer contacto con la Ciudad Universitaria lo tuve a principios de los años 50. Una tarde mi abuelo iba a afinar un piano en Los Chaguaramos y me llevó con él, en autobús. Al terminar su trabajo, el dueño de la casa ofreció llevarnos de vuelta a La Pastora. Al salir nos indicó que iba a tomar una ruta realmente corta: ingresó a los terrenos de la Universidad Central por la entrada del Hospital Clínico y en un santiamén llegamos a la Plaza Venezuela, que después me enteré había sido inaugurada un par de años antes, en 1949. Nos explicó que las vías de la Universidad Central todavía no estaban abiertas al tránsito, pero que él era amigo de los vigilantes y las usaba a diario para dirigirse a su trabajo.En 1946 la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas se estructura con tres escuelas: Ingeniería, Arquitectura y Ciencias; las carreras de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Química se ofertan en setiembre de 1947. Hasta 1948 el título que la Universidad entregaba era de Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas; ese fue el que recibió en 1945 Armando Enrique Guía, uno de los pioneros de la enseñanza de la ingeniería eléctrica en Venezuela.
El maestro Guía luego obtendría en la Universidad de Illinois los grados de Bachelor of Science y Master of Science en ingeniería eléctrica. La Universidad Central otorga el primer título de ingeniero civil en 1949. Los estudios duraban cuatro años, que pasaron a ser cinco en setiembre de 1953, fecha en la cual también surge el nombre de Facultad de Ingeniería.Dentro del clima de enfrentamiento entre el gobierno y las universidades, que ha prevalecido a lo largo de la historia, en 1952 fueron expulsados 137 estudiantes y 140 profesores fueron destituidos. Como repudio a estas acciones, un indeterminado grupo de profesores presentó su renuncia. Muchos de estos profesores sólo se pudieron reintegrar a la Universidad Central en 1958, después de la caída de Marcos Pérez Jiménez. Me imagino que algunos reforzaron la nueva sección de primer año de la Facultad, la sección “D”, que se creó en febrero del 58 y donde se inscribieron estudiantes que había sido expulsados por razones políticas, más aquellos que no lo habían hecho por no haber podido pagar el alto arancel de inscripción, el cual fue eliminado con el advenimiento de la democracia.Las Escuelas de Ingeniería Eléctrica, Mecánica, Química y de Petróleo se crean en 1962, de manera que yo pertenezco a la última promoción de ingenieros electricistas egresados del Departamento de Ingeniería Eléctrica. Dicho sea de paso, creo que elegí esa especialidad motivado por los continuos apagones que sufrí durante mi infancia y adolescencia en San Juan de los Morros, el querido lar donde me crié.En marzo de 1969 y como consecuencia del tristemente célebre movimiento de renovación académica, comenzó para los estudiantes de ingeniería el llamado semestre interminable.
El 1° de agosto, el Decano de Ingeniería es suspendido “en sus funciones pero no en su cargo” y son removidos los Directores de Escuelas, Institutos y Coordinación y los Jefes de Departamento. El clima de anarquía e irrespeto causa una desbandada en el personal docente, cuyo único aspecto positivo fue el impulso que los profesores que renunciaron le prestaron, tanto en lo académico como en lo administrativo y lo laboral, a la Universidad Simón Bolívar, creada en 1967 y que en ese momento pugnaba por iniciar actividades académicas.El 1° de noviembre de 1970 es designado Ramón Espinal Vallenilla como Decano de la Facultad de Ingeniería. Yo, que en diciembre de 1969 había empezado a trabajar en la Refinería de Amuay, me enteré del hecho al día siguiente en mi oficina, cuando a media mañana unos compañeros de trabajo me llevaron la noticia publicada en el diario El Nacional, la cual decía que el Consejo de la Facultad había destituido al Decano Encargado que había sido nombrado a dedo por el Decano saliente. Entre los consejeros firmantes estaba un tal Luis Loreto que sí, era yo. La noticia tildaba la acción como un golpe, pero los consejeros simplemente obramos de acuerdo a lo pautado en la respectiva legislación. No fue un voto a distancia, porque ese fin de semana yo había viajado a Caracas y por un encuentro fortuito en Chacaíto con el colega y amigo Eduardo Roche, el cual terminó en las instalaciones de la Universidad Central en el Edificio Lincoln de Sabana Grande, emití el voto que faltaba para la designación del Decano, ejerciendo mis atribuciones de miembro electo del Consejo de la Facultad.