Infinita parece ser la relación entre el régimen de Nicolás Maduro e Irán. A su alianza estratégica que ya incluye gasolina, carne y medicinas se le suma la entrega de la empresa Lácteos Los Andes al país persa para lucrarse a través de ella con la venta de yogurt, mantequilla, jugos y leche, afirma Infoabe.
“Es una privatización disimulada a través de comodato de 15 años. Es un grupo iraní el que se hará cargo de la empresa”, señala el medio. Todo indica que al régimen lo pudo atraer la capacidad de Irán para producir 11 millones de toneladas anuales de leche, según datos de Irna.
Las estadísticas de aduanas de Teherán citadas por el portal reportan que desde el 21 de marzo de 2019 al 20 de marzo de 2020, la república islámica exportó más de 700.000 toneladas de leche y productos lácteos, así como 50.000 toneladas de leche en polvo a países aliados, incluidos Venezuela.
Un acuerdo oculto
Maduro no está obligado a declarar los términos y condiciones del contrato de Irán. La “Ley Antibloqueo” le otorga facultades para hacerlo con “secretos” y tampoco “fija mecanismos para rendición de cuentas previas, solo la Contraloría de la dictadura podrá tener acceso posterior a información si lo solicita”, destaca Infoabe.
La legislación dicta, entre otras cosas, que activos expropiados por el régimen venezolano “podrán ser objeto de alianzas” con privados. Con la norma hecha a la medida de los intereses de Maduro ha sido posible que “las plantas, centros de distribución y filiales de Lácteos Los Andes formen parte de una venta irregular», asevera Infoabe.
Se repetiría de esta manera lo ocurrido con el Central Azucarero Pío Tamayo de El Tocuyo y Agropatria, entregadas a consorcios privados bajo la figura de comodato.
Una productividad aparente
¿Por qué el régimen le entregó Lácteos Los Andes a la nación islámica? es una interrogante que levanta sospechas cuando la última información oficial sobre la compañía era que “la empresa socialista Lácteos Los Andes, continúa firme y comprometida en elevar los niveles de producción para garantizar el bienestar al pueblo venezolano».
Se aseguraba que producía «70 mil litros de leche líquida por día y la producción de leche en polvo era de 9 toneladas diarias”. Eso era lo que divulgaba el canal del chavismo en abril de este año. Y además apuntaba que “la planta Simón Rodríguez, ubicada en Machiques estado Zulia, produce y procesa la leche en polvo de un 1Kg, cumpliendo con todas las normas sanitarias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la pandemia del COVID-19”.
Incluso destacaba que “los trabajadores de la planta Simón Rodríguez, están comprometidos con el desarrollo económico del país junto a la Misión Alimentación para así garantizar la seguridad alimentaria a la familia venezolana, con la elaboración y la puesta en marcha de productos de calidad”.
Pero esta vez, los empleados de Lácteos Los Andes, según Infoabe “podrían ser liquidados porque los inversionistas no van a asumir las deudas laborales”.
No es la única
La planta de leche Leonardo Infante también la opera Irán desde 2015. El ministro venezolano de Industrias de aquel momento, Ricardo Menéndez, indicó que formaba parte de “acuerdos suscritos” con Teherán y representaba una de las 25 plantas que aspiraban instalar.
Esta “obra conjunta demandó una inversión de 22 millones de bolívares (más de cinco millones de dólares) para elaborar 18 mil litros de leche diarios”, informó Hispana TV.
El destino de la producción serían los centros de ventas de recursos subsidiados por el régimen, como la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), la red de Mercados de Alimentos (Mercal) y los Abastos Bicentenarios.
Un negocio entre izquierdistas
Bolivia ha tejido negocios con Irán y el régimen de Nicolás Maduro en el mismo rubro asegura ABC. El país cocalero instaló tres fábricas de leche “con dinero venezolano y tecnología iraní” vociferó Evo Morales mientras ostentó la presidencia.
Lacteosbol es una de las tres plantas industriales que se levantó para procesar leche, yogurt y queso con una “donación” de Venezuela por un valor de tres millones de dólares.
Ubicada en Chapallata, a 360 kilómetros, al sur de La Paz, está la fábrica que data de 2011 y las anteriores se formalizaron en 2009 y 2010 en dos de las regiones de Ivirgarzama llamadas El Chapare y Achacachi.
La fábrica prometía una capacidad para producir 18 mil litros de leche por día y la comercialización sería local en el eje central de Bolivia que abarca Cochabamba Santa Cruz y La Paz que acumulan 10 millones de habitantes afirma la agencia.
Estas alianzas entre revolucionarios se han mantenido. El enero del pasado, el ministro de Defensa de Irán, Amir Hatami se sentó con Evo en Caracas para “compartir” la experiencia en producción de leche con nanotecnología e incluso el uso de drones para la “seguridad y defensa”, reveló el medio 10 Minutos.
El entonces embajador boliviano en Venezuela, Sebastián Michel, presumía de las relaciones con Teherán que proponía dictar “maestrías” sobre las áreas mencionadas.
Vaso escolar con sabor iraní
Cinco años antes de morir, Hugo Chávez ya había recurrido a Teherán para auxiliar a su revolución de la falta de producción láctea, subraya Venezuela Real
Tres plantas manejadas por Teherán comenzaron a funcionar en Mantecal y Elorza, estado Apure, y Aragua de Barcelona, en el estado Anzoátegui, con una capacidad máxima de procesamiento de 36.000 litros de leche diarios.
Era un inicio tibio del negocio bilateral que según Chávez sólo abarcaba el 3,5 por ciento de la producción nacional al reunir 4,1 millones de litros diarios, señala Venezuela Real.
Pero todo quedó en planes pues las fábricas en Apure y Anzoátegui arrancaron su producción con una cifra con “casi un cuarto de capacidad” incumpliendo con el “vaso de leche escolar, de marca Familia, en una presentación pasteurizada de 200 mililitros” que formaba parte del acuerdo.