La imparable subida del dólar en Venezuela tiene desvariando al dictador Nicolás Maduro, quien para detener el aumento de la divisa norteamericana en el país, decidió inyectar dinero público a través de bonos.
La “vorágine de crecidas consecutivas semanalmente” de la moneda extranjera presiona al régimen, cuyo comportamiento impredecible la llevó a un incremento de 46,6 % en las últimas tres semanas, asegura Ecoanalítica.
La cifra demuestra que el mercado está sensible. La firma apunta a que la cotización del dólar atraviesa una “incertidumbre” que potencia su valor.
Los cambios (ciertos o no) sobre el salario mínimo, la intención del régimen de autorizar una flexibilización más sostenida de la actividad comercial local y lo relativo a los venideros (y casi inevitables) episodios de escasez de gasolina son tres los factores que inciden en el disparo de la divisa.
La “inyección de recursos” por parte de la tiranía en el mercado es el “elemento que altera la dinámica cambiaria”.
Según los datos de Ecoanalítica, el chavismo registra “transacciones interbancarias con montos cada vez más elevados de hasta 37 millones de dólares y un recorte drástico de tasas es una señal inequívoca de intervenciones del Banco Central de Venezuela (BCV) en tales transacciones, ya sean directas o bajo órdenes de pago emitidas de entes oficiales”.
Un efecto instantáneo
Tras estas acciones, la cantidad de dinero emitida por el BCV (base monetaria o dinero primario) aumentó 22,2 % en términos reales convirtiéndose “en el mayor incremento visto en el agregado desde inicio de 2019, cuando el salario mínimo fue triplicado en un mes”, apunta el análisis de la firma especializada en finanzas.
Aunque esas movidas del socialismo de Maduro se ejecutan “en ausencia de información oficial sobre el origen de tal inyección”, es evidente que el “incremento proviene expresamente de pagos del Estado a sus empleados propios de estas épocas, avivado además por los venideros procesos electorales legislativos convocados para las próximas semana”.
La medida es descabellada, pues “para que un país incremente su base monetaria y su liquidez monetaria en 30 %, tardaría 50 semanas o cuatro años”, reveló Alejandro Castro, gerente de Operaciones a La Prensa.
La dolarización aprieta
“La marcada dolarización en la que aún el mercado venezolano está inmerso, la persistencia del cuadro hiperinflacionario y la caída de la actividad económica con las contramedidas oficiales” presionan a Maduro, dice también Ecoanalítica.
Ello supuso “un cambio radical” en la postura del régimen respecto a su gasto, “no solo relativo a lo visto los últimos meses sino a su propia postura desde 2018 cuando Maduro inició su Plan de Recuperación y Prosperidad Económica comenzó un marcado recorte en sus desembolsos, incluyendo pago de bonos directos, cese de importaciones y un congelamiento de salarios implícitos en su nómina de empleados”.
Ahora “claramente, el cambio parece denotar la ausencia crónica de alternativas” por parte del dictador “para manejar la actual crisis, dejándolo sin más opción que emplear la fuente de financiamiento más costosa no solo para la población local, sino para sí mismo y para sus objetivos políticos de corto plazo”, indica el estudio.
El escenario es la fotografía de que “con el colapso sostenido de los ingresos petroleros y sin acceso a endeudamiento externo, Maduro parece no quedarle otra que abandonar su disciplina fiscal en los meses por venir, traicionando a ratos” los objetivos trazados por él mismo”
Subidas con hambre
El alza del tipo de cambio paralelo no tiene freno y se ubica en 1 085 529 bolívares por dólar, reportó La Patilla. “Esto representa que en un mes el precio del dólar duplicó su valor, debido a que el pasado 28 de octubre tenía un precio de 508 292,82 bolívares”, destacan.
Pensionados y trabajadores públicos este mes perdieron en tan sólo 23 días la mitad de su poder adquisitivo, porque ahora su salario tan sólo equivale a un dólar con 10 centavos al mes, “exacerbándose la pobreza”, detalla el medio.
“La gente ya no tiene qué comer, el régimen ha emitido mucho dinero inorgánico para el pago de bonos y subvenciones con fines electorales, con la intención de lograr un mínimo de participación en su fraude parlamentario”, soltó Alfonso Marquina, presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional al portal.
Bajo su perspectiva, el cierre de este año luce todavía más trágico porque, aunque en diciembre hay más movimiento en el comercio debido a que Maduro “está pagando cada vez más bonos vía carnet de la patria y esa gran cantidad de dinero no está respaldada en la producción”, explicó Miguel Rojas, economista de la firma de consultoría Global Consulting Group a La Prensa.
La peor parte de la jugada la paga la población que está “estresada de lunes a viernes por comprar en el mercado antes que el dólar negro cotice a las nueve de la mañana y la una de la tarde”.
Y esa zozobra, a su juicio, se profundizará porque “si el gobierno decide aumentar el salario en diciembre y sigue con la misma tendencia de emitir bonos, el tipo de cambio paralelo podría llegar a los dos millones de bolívares en el último mes del año”, expresó
La catástrofe a la vista
Una “flexibilización de la cuarentena para diciembre” no evitará una catástrofe monetaria en la economía de Venezuela, asegura Marquina, quien afirma que “nada mejorará en el último mes del año, porque no hay incentivos para que el sector privado invierta e incremente su producción, y la hiperinflación se mantendrá por muchos más meses”.
Para el diputado “hasta que en Venezuela no haya un gobierno capaz de generar confianza, que establezca una disciplina fiscal, esta subida del tipo de cambio paralelo se mantendrá, no se puede seguir financiando el déficit público con la emisión de dinero inorgánico. Las consecuencias a futuro serán las mismas, mayor hiperinflación y desestabilización económica”, expresó.
Desde la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional calcula que en el último año la economía se ha contraído en un 70 por ciento.
Pensar con ese número en una nueva reconversión monetaria es absurdo. Apunta que “nada resolverá la pérdida del valor del bolívar. Ya se han hecho dos reconversiones y el resultado es que a los pocos meses esos nuevos billetes del cono monetario pierden su valor”.
Lo único que cambiaría el nefasto rumbo es una “disciplina fiscal, llámese un bolívar devaluado, llámese un presupuesto reconvertido, llámese un presupuesto en dólares. Si el gobierno gasta más de lo que le ingresa siempre va a ocurrir lo mismo” pero, ¿será posible?
27 Noviembre – https://panampost.com/gabriela-moreno/2020/11/27/dolarizacion-aprieta-traicion-de-maduro-a-su-socialismo-fracasado/