José Toro Hardy.
La progresiva incapacidad de generación de riqueza en Venezuela determinada por un conjunto de políticas públicas negativas y la inseguridad jurídica que de ellas se derivan ha dado lugar a una fuerte caída del Producto Interno Bruto.
El FMI en su informe Perspectivas de la Economía Mundial presentada recientemente, estima que el Producto Interno Bruto de Venezuela experimentará en el 2020 una caída del 25%, en tanto que para la CEPAL esa caída será de un 26%. Por su parte el Banco Mundial excluyó a Venezuela de sus estimaciones.
En buena medida los problemas económicos del país se originan en una expansión fiscal a gran escala, la subsiguiente hiperinflación, la destrucción del signo monetario y la destrucción del aparato productivo, todo lo cual ha venido distorsionando cada vez más la estructura macroeconómica.
Según el FMI la inflación en Venezuela alcanzará en el 2020 a un 6.500%. La hiperinflación se ha prolongado por 35 meses. El desempleo alcanza a un 54,4% y los niveles de empobrecimiento de la población han sido agudos.
Por otra parte, para el año 2021 el FMI calcula que el PIB de Venezuela caerá en un 10% y el nivel de desempleo alcanzará a un 57,3%, en tanto que la inflación será igual que en el 2020
En la práctica, el déficit fiscal sostenido financiado mediante emisiones de dinero sin respaldo por parte del Banco Central de Venezuela ha dado lugar a un fuerte incremento de la liquidez monetaria lo cual ha sido la causa fundamental del agudo proceso inflacionario que padece el país.
Según datos del Banco Mundial, para el año 2013 el PIB del país alcanzaba a US$ 438.384 millones. Estima el Fondo Monetario Internacional que para el año 2020 se habrá reducido a apenas a $ 48.610 millones. La caída acumulada entre 2013 y 2020 según cifras del FMI sería de 81,2%, en tanto que el PIB per cápita a precios corrientes ha descendido hasta apenas $ 1.739 dólares -el más bajo del continente después de Haití- después de haber llegado a tener el más alto de toda la América Latina.
El efecto combinado de la caída del PIB, el desempleo y la hiperinflación ha dado lugar a un empobrecimiento brusco de la población. Según la encuesta ENCOVI el 96,2% de las familias venezolanas viven en condición de pobreza de ingresos, en tanto que el 79,3% de ellas en situación de pobreza extrema conforme a ese mismo indicador.
Las cifras del Fondo Monetario Internacional, evidencian que Venezuela alcanzará este año tres records: la mayor hiperinflación, la segunda mayor caída del PIB (sólo superada por Libia) y la mayor tasa de desempleo del mundo.
Todo lo anterior ha sido la causa de que más de cinco millones de venezolanos hayan tenido que emigrar buscando en otras tierras el futuro que la suya propia les negó.
Por su parte la revista Foreign Office sostiene que la crisis económica venezolana es la mayor que haya registrado en Latinoamérica en toda su historia y figura entre las diez mayores documentadas a nivel mundial.
La situación podría deteriorarse considerablemente a raíz del COVID 19. El Sr Alejandro Werner, Director para el Hemisferio Occidental del FMI, en un informe presentado en abril del 2020 se refirió al caso de Venezuela en los siguientes términos:
“El caso de Venezuela no es una década perdida, es una década de retroceso gigantesco (…) Lo que ha ocurrido en Venezuela es un desastre macroeconómico y social que nunca se había visto en la región”.
Todas las cifras anteriores, aunque impactantes, no son capaces de reflejar el verdadero drama expresado en términos de sufrimiento humano.
José Toro Hardy, editor adjunto de Analítica