El hombre de hoy capta las tinieblas de su tiempo y afincándose en el presente y afirmando su vida y dignidad enfrenta la oscuridad que lo asecha. Vemos emergiendo a un totalitarismo sutil con pretensiones de hacernos más dóciles. Ataca la virtud, la familia y al cristianismo por cultivar valores intrínsecamente humanos que favorecen la realización de la persona, la compasión, la tolerancia y acentúa su sentido de misión en la construcción del bien común. Entendemos la política como actividad excelsa que busca expresar de la mejor forma la “libertad”, hoy se la desvía al enfocarse torvamente en la Seguir leyendo