Los cuatro buques incautados en alta mar contaban en su interior con aproximadamente 1,1 millones de barriles de combustible
La administración del presidente estadounidense Donald Trump intensificó su presión en el juego político que lleva con Irán y Venezuela, tras confiscar cuatro embarcaciones, capturadas en alta mar, cargadas con combustible proveniente de la nación árabe con destino al país caribeño. Una medida que arrincona aún más al régimen de Nicolás Maduro.
De acuerdo a reportes de The Wall Street Journal, desde julio varios fiscales norteamericanos impulsaron medidas legales para embargar los cuatro tanqueros que navegaban hacia el país sudamericano. Las embarcaciones habrían sido tomadas sin el uso de la fuerza militar.
Los buques llamados Bella, Bering, Pandi y Luna, contaban en su interior con aproximadamente 1,1 millones de barriles de gasolina. Ahora las embarcaciones estarían en camino a Houston. Se espera que haya un acuerdo para hacer el atraque.
La incautación, aprobada previamente por un juez del distrito de Columbia, se ejecuta tras una serie de alegatos presentados por cuatro fiscales que aseguran que en esta transacción, donde interviene Venezuela, hay beneficios directos a la Guardia Revolucionaria de la teocracia islámica, una organización designada como terrorista por Estados Unidos.
Sin embargo, el embajador de Irán en Venezuela, Hojat Soltani, salió al paso del anuncio de EE. UU. sobre los tanqueros y aseguró que dichas embarcaciones no serían propiedad del gobierno de Hasán Rohaní.
Esta no sería la primera vez que Irán tensa relaciones con EE. UU. al prestar ayuda al régimen de Nicolás Maduro. En mayo, cinco petroleros iraníes entregaron combustible a Venezuela, que actualmente está sumida en una crisis socioeconómica, impulsada, entre otros factores, por la caída de los precios petroleros, sumado a la serie de sanciones, cada vez de mayor envergadura, llevadas a cabo por la nación norteamericana.