Dos fuentes dijeron al PanAm Post que con dinero de operaciones del narcotráfico coordinadas por Carvajal se ha financiado a Podemos y las recientes maniobras de Zapatero en Venezuela
MADRID, 25/03/2020.- El presidente Pedro Sánchez (i) y el vicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, durante el pleno del Congreso que se celebra en Madrid. EFE/Mariscal POOL
El pasado jueves 26 de marzo el Gobierno de Estados Unidos, en voz de su fiscal general William Barr, anunció la decisión de presentar cargos y pedir recompensa por varios altos funcionarios del régimen chavista, entre los que se encuentran el mismo Nicolás Maduro, su número dos Diosdado Cabello y el exjefe de Inteligencia, Hugo Carvajal. Este último está en España, fue detenido, y aunque hay un pedido de extradición a Estados Unidos, logró escaparse el año pasado y actualmente se encuentra en fuga. El Gobierno de Pedro Sánchez sabe dónde está y lo está protegiendo por sus relaciones con la inteligencia española.
Dos fuentes en Washington DC dijeron al PanAm Post que el Gobierno de Sánchez permitió que Hugo Carvajal se fugara en noviembre del año pasado y ha entorpecido su captura para evitar que sea extraditado a Estados Unidos. La razón: Carvajal, durante muchos años, logró tejer una estrecha relación con funcionarios en el Centro Nacional de Inteligencia para encubrir la ruta del narcotráfico que desembocaba en la comunidad autónoma española Galicia.
Hugo Carvajal fue director de la inteligencia venezolana desde el 2004 hasta el 2014, durante la administración de Hugo Chávez y el primer año del Gobierno de Maduro. Mientras, José Luis Rodríguez Zapatero, quien gobernó España entre el 2004 y el 2011, tuvo como enlace entre el Centro Nacional de Inteligencia y el Cuerpo Nacional de Policía, al entonces comisario Florencio San Agapito.
San Agapito y Carvajal se conocieron 2007, en Caracas, en el hotel Eurobuilding. El comisario venía de ser un hombre cercano a Cuba gracias a sus trabajos en el disuelto monopolio español Tabacalaera S.A., que compraba toda la producción a los Castro. Allí trabajó con César Alierta, quien luego lo llevó a Telefónica como jefe de seguridad hasta el 2016, cuando fue imputado por un caso de blanqueo —que logró solventar luego de pagar una multa de 500 mil euros—. A San Agapito lo sustituye en Telefónica el coronel Miguel Ángel Sánchez Venancio, quien había sido el número tres del Centro Nacional de Inteligencia. De acuerdo con las fuentes, Sánchez Venancio, hombre polémico, era el enlace de San Agapito con el CNI.
Otra de las conexiones entre Carvajal y San Agapito en España era la entonces cónsul general de Venezuela en Madrid, Gladys Gutiérrez, quien luego fue presidenta del Tribunal Supremo de Justicia. Fernando Ticera, el esposo de Gutiérrez y ciudadano español, «controlaba las relaciones y fue el vehículo con Monedero y Pablo Iglesias», según la fuente.
Entre San Agapito y Carvajal se logró tejer una red que encubría rutas de narcotráfico, que salían del estado Sucre en Venezuela, pasaban por Surinam y terminaban en Galicia. El Gobierno americano tiene precisado que con dinero de ese entramado se ha financiado parte del partido español Podemos y las recientes operaciones de José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela, según contó una de las fuentes al PanAm Post.
Uno de los que apadrinó las operaciones, justo antes de dejar el cargo, fue el entonces embajador de España en Venezuela, Raúl Morodo, quien recientemente se vio inmerso en un millonario escándalo de corrupción y estafa a PDVSA. En concreto, la Audiencia Nacional de España investigaba el pago de sobornos de al menos 4 millones de euros al hijo de Morodo, Alejo. Morodo también formaba parte de la estructura de Carvajal y San Agapito.
Vale señalar, además, que entre 2004 y 2013, según han reconocido los mismos actores, el politólogo Juan Carlos Monedero asesoró al Gobierno de Hugo Chávez. Unos meses después de apartarse fundó Podemos junto a Pablo Iglesias.
El 22 de febrero de este año el presidente Pedro Sánchez forzó la Ley reguladora del Centro Nacional de Inteligencia para incluir al jefe de Podemos, Pablo Iglesias, en la Comisión Delegada del Gobierno que controla los asuntos de Inteligencia del país. «El líder de Podemos tendrá así ahora acceso a conocer y controlar todos los secretos del Estado», se lee en el diario El Mundo.
Unas semanas después, y en medio de la crisis por la pandemia del coronavirus, Pedro Sánchez aprovechó un decreto cuyo objetivo era combatir los efectos del virus en la economía para introducir una «fórmula que blinda la presencia de Pablo Iglesias en la comisión que controla el Centro Nacional de Inteligencia».
Pero Iglesias, cuyo partido ha sido financiado en parte gracias al entramado de Carvajal, no es el único que tiene influencia actualmente en el CNI. Según dijeron las fuentes al PanAm Post, Florencio San Agapito, quien es una pieza importante del zapaterismo, también tiene una incidencia de peso en la inteligencia española y es quien protege a Hugo Carvajal.
Luego de que el Gobierno americano anunciara los cargos y la recompensa por Carvajal, la DEA notificó a España de la ubicación exacta en la que se encuentra el exjefe de la inteligencia venezolana; sin embargo, las autoridades no lo han capturado.