Nuestra civilización ha realizado esfuerzos importantes por reprimir la destructividad y, como lógica consecuencia, no siempre contamos con mecanismos para articular defensas diferentes a las simbólicas, gestuales o retóricas. Por otro lado, no es casualidad que un terreno compartido por criminales y políticos sea la coacción, en el sentido de administrar violencia, agresión y amenaza, para someter la voluntad de la población pacífica. ¿Caimanes del mismo pozo? La asociación entre el funcionamiento de organizaciones criminales y políticas no es novedoso. Entre otras cosas, ambos gremios encausan sus recursos en la adquisición de roles de poder en el peor sentido de Seguir leyendo