Desde finales del pasado año, las fuerzas democráticas que hacen vida en la Asamblea Nacional vienen promoviendo, al interior del cuerpo orgánico de la sociedad venezolana, un acuerdo político para rescatar a Venezuela de lo que bien puede ser considerado el colapso económico y la crisis social más brutal que haya sufrido país alguno en la región en las últimas décadas.
Este acuerdo político se expresa en un breve documento dividido en cinco (5) capítulos y cuarenta y dos (42) numerales con el título de “Plan País: El Día Después”. En la identificación de problemas, el análisis y la formulación de propuestas de este plan han colaborado las universidades, las academias nacionales, los movimientos políticos y los gremios empresariales, laborales y profesionales. En cierto modo, los que mucho tenían que decir y fueron deliberadamente apartados por años.
Cuatro han sido las áreas destacadas de consenso del Plan País: (a) en materia de políticas económicas, (b) en materia de empoderamiento de los ciudadanos y garantía de acceso a los servicios públicos, (c) en materia de hidrocarburos y (d) en lo contentivo a las políticas sociales para salir de la crisis. No es un contrato exhaustivo que atiende a todos las raíces y expresiones de la crisis. En algún sentido expresa sólo un conjunto de líneas de acción sobre ámbitos donde se precisa actuar con prioridad, para salir de la crisis.
En otras palabras, Plan País, como todo programa de acción, establece unas prioridades, pero no desestima la posibilidad de mover los acuerdos hacia otras áreas de importancia clave para ayudar a Venezuela a superar la crisis. Por eso, en su apartado final, promete extender los acuerdos hacia áreas como la seguridad alimentaria, la seguridad ciudadana y la calidad de las instituciones, la justicia y la democracia, para lo cual precisa promover la consulta.
Variadas han sido las reacciones hacia Plan País. La sola idea y el sentir de que existe un plan para sobreponernos a la crisis y enrumbar al país en la reconstrucción es auspiciosa y esperanzadora. Pero hay quienes se preguntan: ¿este plan va a acabar con la inflación? ¿Se trata acaso de entregar nuestros recursos naturales? ¿Dónde está el retrato de la lucha contra la corrupción? ¿Por qué seguirnos endeudando? ¿Es un viaje al capitalismo sin límites? Así que en lo posible intentaremos despejar estas y algunas otras preguntas.
Preguntas: (Las respuestas en el artículo original :
- ¿Plan País constituye un programa detallado para resolver todos y cada uno de los problemas económicos y sociales de Venezuela?
- ¿Plan País supone un camino hacia el capitalismo sin límites?
- ¿Es Plan País un Programa de Ajuste como los implementados por el FMI en los años ochenta?
- Venezuela es un país altamente endeudado. ¿Conviene, como supone Plan País, endeudarse aún más con los organismos financieros multilaterales?
- ¿Plan País supone un ajuste fiscal draconiano y reducciones del gasto social?
- ¿Plan País contiene una propuesta para detener en seco la hiperinflación?
- ¿Si se liberan los precios eliminando los controles, se destruirá aún más el poder de compra del salario?
- ¿Estos esquemas de ayudas y subsidios para la población más vulnerable terminarán convirtiéndose en un mecanismo de sujeción política?
- ¿Por qué Plan País no hace referencia al flagelo de la corrupción?
- ¿Por qué es tan importante la recuperación y expansión en la producción de hidrocarburos?
- ¿Se contempla la entrega de los recursos naturales como el petrolero y el gas a las empresas multinacionales?
- ¿Hay un plan para privatizar a Petróleos de Venezuela?
- ¿Por qué es necesario reformar la Ley de Hidrocarburos?
- ¿Qué sentido tiene esa Agencia Venezolana de Hidrocarburos (AVH)?
- ¿Plan País estima el tiempo que tomará llevar a producción de crudo a 3 millones de barriles/día?
- ¿Qué contempla Plan País para recuperar la producción agropecuaria y de alimentos?