konzapata.com – Antulio Moya (@Rendivalores)
China, la segunda economía más grande del mundo, sufre las consecuencias de las tensiones comerciales con Estados Unidos: en 2018 las exportaciones cayeron 4,4% con respecto al año anterior y se espera que, de continuar esta dinámica, la economía se contraiga en al menos 0,4% durante 2019.
Una de las herramientas más importantes con las que cuentan los gobiernos a la hora de estructurar sus objetivos económicos es la política comercial, la cual se basa principalmente en aranceles, subsidios y cuotas de exportación e importación.
Los aranceles son considerados como una herramienta de redistribución de riqueza, ya que cuando se incrementan, encarecen el precio de las importaciones, lo que beneficia a empresas poco competitivas dentro del mercado local en detrimento del poder adquisitivo de los consumidores.
Desde inicios de su gobierno, el presidente Donald Trump orientó la política comercial hacia la protección de algunos sectores productivos, mediante el incremento de aranceles, impactando especialmente a uno de los principales socios comerciales de los Estados Unidos: China, país que tomó medidas similares, respondiendo así al ataque.
La medida adoptada por Washington, que afecta a productos de acero, maquinarias y piezas, rubros de tecnología, como los ordenadores provenientes de China, representa un monto anual de 50.000 millones de dólares.
Con el pasar de los meses, las medidas se fueron sintiendo cada vez más en la economía china. En diciembre de 2018, las exportaciones totales de bienes chinos disminuyeron 4.4% con respecto a 2017, sufriendo su peor caída en los últimos dos años. Esto generó un efecto contractivo sobre la economía, ya que disminuyeron los recursos provenientes del comercio internacional.
Con el pasar de los meses, las medidas se fueron sintiendo cada vez más en la economía china. En diciembre de 2018, las exportaciones totales de bienes chinos disminuyeron 4.4% con respecto a 2017, sufriendo su peor caída en los últimos dos años. Esto generó un efecto contractivo sobre la economía, ya que disminuyeron los recursos provenientes del comercio internacional.
Paradójicamente, y a pesar del incremento de los aranceles, el superávit comercial chino con Estados Unidos aumentó 17%, para ubicarse en 323 mil millones de dólares, lo que representa un máximo desde 2006.
No obstante, a finales de 2018, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció la desaceleración de la economía china en 0,4%, atribuyendo esta situación al crecimiento de las tensiones comerciales.
Ante ello, las autoridades chinas se encuentran tomando medidas económicas orientadas a revertir esta situación. Por eso, a inicios de enero el Banco Central anunció la disminución del requerimiento de reservas bancarias, lo que libera 116 mil millones de dólares para el otorgamiento de créditos. De esta manera, espera cumplir con el objetivo de mantener la inflación en 3% y el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 6,2%.