Javier Antonio Vivas Santana 02/11/18 – www.aporrea.org/educacion/a271371.html
No me importa que salgan los arrastrados y panegíricos maduristas a intentar lincharme con sus pueriles argumentos por expresar la inconformidad del cómo están llevando la educación al matadero institucional y académico, en especial aquellos cuya senectud sólo los ha dejado lleno de rencor y odio, al punto que uno de ellos tal y como lo dijimos en nuestro artículo de Teodoro Petkoff, salió a burlarse por la muerte de éste ejemplar venezolano, sin ver la viga que tiene en su propio ojo, cuando a pesar de ser "asesor" del ministerio de educación, "asesinó" a Simón Rodríguez en la fecha de su nacimiento¹.
Lo insólito es que individuos como esos, autodenominados "intelectuales", son los primeros que desean que se anulen los grados universitarios, tal y como ciertos zascandiles lo están planteando en los más altos niveles del madurismo. Algunos piensan que es metáfora cuando decimos que los asesores del régimen están pensando seriamente por intermedio de un decreto legalizar los errores de escritura, porque consideran que la ortografía es una manera del imperialismo español para dominar la "libertad" del querer expresar una palabra conforme sea la manera del "pensar" de quien la escribe. O sea, con semejante bazofia pensativa, no debe extrañarnos cualquier exabrupto que venga de las entrañas de las más absurdas decisiones políticas que se hayan conocido en nuestra historia política.
Una de esas decisiones ha sido la perversión académica que ha impuesto Maduro en los actos de entrega de "títulos universitarios" de las instituciones que están bajo el control del neototalitarismo. En efecto, si bien quien también controla Miraflores tiene potestades ejecutivas, éstas no le otorgan la facultad de arrogarse una condición universitaria que no tiene, razón por la cual, estamos en presencia de la prostitución académica de los actos de grado cuando Nicolás Maduro, teniendo solamente el grado de bachiller, impone medallas y entrega títulos de pre y postgrado, tal y como lo hizo en la llamada micromisión "Simón Rodriguez²". Y si quieren aplicar tal condición por analogía de la vida castrense, los presidentes sólo pueden entregar los sables – éstos no tienen validez académica – a los cadetes que finalizan sus estudios, pero los títulos son entregados por los directores de las escuelas militares.
Tal hecho comprueba, que uno de las más perversas concreciones que busca el madurismo en relación con la destrucción de la autonomía universitaria, es que para ser rector de una institución de estos centros de estudios y capacitación profesional, es que no haría falta tener el grado universitario de cuarto o quinto nivel, léase maestría y doctorado – algo que les duele mucho a los patéticos maduristas – porque según quienes controlan el poder en Miraflores, sí el presidente de la República como "bachiller" es la máxima autoridad del país, nadie puede estar por encima de él en la estructura social del país, lo cual es una aberración en el contexto político del Estado.
Por ello, no es casualidad cuando Maduro mencionó que rechaza a los "intelectualoides", y prefiere según él, todos los conocimientos del "pueblo", como si la mayoría de nuestros egresados universitarios tuvieran sus orígenes en las familias más burguesas. A lo mejor, sin saberlo, eso es lo que piensan funcionarios como Wilmar Castro Soteldo, el mismo que quedó en ridículo con la respuesta de un funcionario chino sobre materia económica y de inversión privada, se atreva a proponer una "burguesía revolucionaria", aunque un declarado socialista y revolucionario como Sartre haya rechazado el premio Nobel por considerarlo burgués.
¡Claro! Nada podemos esperar de semejantes individuos quienes además de ignorar fundamentos históricos y filosóficos, vemos como se hacen los locos, ante las protestas diarias que se generan en toda la administración pública, cuando son precisamente los profesionales universitarios, quienes reclaman las razones de haber sido igualados a devengar salario mínimo, como cualquier trabajador sin la mínima formación universitaria.
Que nadie sea engañado. Nicolás Maduro ha pervertido la educación universitaria al igualar a todos los profesionales en las distintas áreas a devengar salario mínimo, violando las distintas contrataciones colectivas, y los principios de progresividad establecidos en la Constitución. Verbigracia, para el madurismo no importa que sea un bachiller quien imponga medallas y entregue los títulos a los egresados universitarios.
Avanza la destrucción de la academia y las profesiones universitarias. Muy pronto, el ser doctor o un obrero que limpie pocetas no sólo serán iguales en términos socio-económicos y de condiciones salariales, sino que en cualquier momento una persona que ni siquiera haya alcanzado mínima calificación académica – sin que ello la desmerite en su aporte ante la sociedad – terminará entregando los títulos a quienes alcancen grados de quinto nivel porque sólo bastará que eso sea una condición "burguesa" que también debe ser eliminada del mundo universitario. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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¹ https://twitter.com/jvivassantana/status/1057978173923704833