Para el escritor y político al país le presentan solo dos salidas que están en el extremo. La salida armada o la negociación
Para Américo Martín, un líder político que empuñó las armas durante los años sesenta y viviendo una situación extrema, encaminó a su generación a un proceso pacífico y democrático, reconoce que la situación actual en Venezuela es extremadamente difícil, pero aún así sostiene que hay salidas viables por vías distintas a la imposición de la fuerza.
Comprende que en toda competencia por lo menos hay dos y la fortaleza de cada quien depende de la del otro. Se dice que la fortaleza del Gobierno de Maduro está en la FANB, en la policía, y ello implica que no habría salidas. Me refiero a la fortaleza real para forzar salidas sino se apela a fórmulas extremas.
A su juicio las salidas extremas serían la salida armada o la salida negociada. “Yo siempre he dicho que estoy con la salida negociada. Porque el problema de las salidas significa la posibilidad de un sufrimiento mayor al que está padeciendo el pueblo de Venezuela. No veo con buenos ojos la idea de llamar a una intervención en el país, que sería una solución armada, sea por intervención extranjera o por golpe de Estado interno. Las soluciones armadas nunca se anuncian ni se pueden prever con precisión.
Yo recuerdo que un gran líder venezolano, Leonardo Ruiz Pineda, y otros como Rómulo Betancourt, cuando fue derrocado Rómulo Gallegos, en noviembre de 1948, ellos confiaron en un retorno rápido al poder. Acción Democrática era el partido mayoritario en Venezuela, se trataba del derrocamiento del primer novelista de Venezuela y una figura de mayor prestigio internacional que tenía el país, y un líder de primera línea como Rómulo Betancourt. Bueno ese golpe trajo como consecuencia que la reacción de AD fuera la de retornar al poder y confiaba inicialmente en la influencia militar que tenía y en la fuerza popular que arrastraba. De modo pues que durante el primer momento de la dictadura de Pérez Jiménez, lo que prevaleció por parte del partido mayoritario fue la idea de una salida armada para restablecer el poder y volver a la democracia por la vía armada.
Eso por supuesto fracasó y la propia AD lo admitió cuando Alberto Carnevali, sucesor del heroico Ruiz Pineda, asumió la secretaría general y cambió la línea del partido. Este asunto ya no es un asunto sólo de AD sino de todos los partidos democráticos. Y en segundo lugar Ya no se puede confiar en los golpes porque ya han sido desmanteladas las fuerzas armadas. En consecuencia es necesario organizar una resistencia civil. Eso cambió la perspectiva de la acción militar por una acción civil.
-Pero cuando ocurren esos eventos, siempre hay factores detonantes, en ese caso el plebiscito de 1957 fue un evento que desencadenó lo que ocurre en el 23 de enero.
– Sí, el plebiscito fue la respuesta que dio Pérez Jiménez a la exigencia de elecciones libres que se establecía en la propia Constitución. Hubo un momento en que la Constitución de Pérez Jiménez, repudiada por la oposición porque fue aprobada por una Asamblea Nacional Constituyente, esa Constitución sin embargo establecía un período de 5 años y ese período de 5 años concluía en diciembre de 1957. Entonces la oposición comprendió que tenía que aprovechar esa coyuntura y el Gobierno se vio entrampado y la respuesta que dio fue un plebiscito que no estaba en la Constitución. De manera que en ese momento, la Constitución de Pérez Jiménez se pasó a la oposición.
-Es decir, un Gobierno militar, dictatorial, que tenía el control de los poderes públicos, entre ellos el poder electoral, pero la oposición llama y presiona por unas elecciones, aunque de antemano se comprendía que era un camino cerrado.
-Sí, eso es interesante para entender que la política no es una cosa tan sencilla. Muchos de los que dicen hoy que todo está perdido porque los militares controlan el poder. No, porque los militares son civiles uniformados. Y pasan por las mismas privaciones actuales. En este momento que estamos viviendo, el rasgo más llamativo es que la mayoría de los presos políticos son militares. Eso significa que hay un malestar que ha invadido a las Fuerzas Armadas, pero yo no quiero que se utilice eso para justificar que la violencia crezca, no, yo creo que eso debe servir para llamar a los factores decisivos reflexionen y busquen una salida negociada porque la situación es negociación o guerra Yo no descarto que ocurra una situación como esa pero trato de que no ocurra lo peor.
-Esa crisis está afectando también a factores internos el otro polo del poder que es el partido oficialista.
-La fuerza que en este momento apoya la idea de la negociación para un cambio democrático, ya no se integra solamente con los venezolanos opositores o disidentes o parte de los disidentes que siguen en el chavismo. El chavismo ha experimentado un cambio muy importante en la medida que el desastre nacional se extiende, pues evidentemente en el chavismo como partido, han surgido muchos grupos que están en disidencia con la política que se está aplicando y no se negarían seguramente a una salida negociada, pacífica y unitaria.
Los grupos que han surgido dentro del chavismo uno puede detectar que son varios con figuras muy valiosas. Pero esos grupos no se han unido todavía. Y así como tampoco se unen los factores de la disidencia opositora que no está en el chavismo. Hay una atomización del liderazgo que ha dejado esto un poco en manos del azar. En el azar se aprovecha en que circunstancialmente tiene más fuerza para ofrecer una salida que pudiera ser la menos deseada.
Por esa razón he predicado el llamado a la unidad que incluye a los sectores chavistas a que se unan y formen una corriente de opinión. Y he llamado a todos los factores de oposición a que se unan por encima de sus divergencias y ofrezcan una perspectiva única, aún con todas las diferencias que puedan haber.
Porque esto es muy importante aclararlo, la unidad no ha existido jamás como unidad monolítica. Unidad como la planteó Stalin y como la plateó Lenin en el XX Congreso del Partido Comunista, de la URSS en 1922, donde se consideraban las fracciones como enemigas de la revolución y las extinguieron. Para crear una unidad monolítica alrededor del jefe, de la dirección del partido.
Esa es una unidad indeseable y falsa. La sociedad se integra cuando hay distintas opiniones. Falsa cuando se sigue a ciegas la voz de mando. La única unidad posible es la que une distintas corrientes del pensamiento porque hay un factor que requiere esa unidad por encima de sus divergencias. ¿Cual es ese factor? evidentemente vivimos una situación coyuntura muy grave, muy candente muy inaplazable que nos obliga a dos cosas: a buscar un restablecimiento de las instituciones que están muy quebradas y en segundo lugar a buscar una salida que no sea sangrienta porque el pueblo venezolano no puede seguir sufriendo esto más de lo que está sufriendo. Si a lo que ha padecido el pueblo de Venezuela se le añade un enfrentamiento militar, el costo va a ser muy alto y especialmente para la frente humilde, la gente de la calle.
-Hay muchos factores que apuntan hacia una salida armada, externa o interna.
-La gente es un poco ligera cuando habla de salidas armadas. Las salidas armadas no son salidas, o son difícilmente salidas. Las salidas son de grandes movilizaciones que impidan que los detonantes estallen. Nunca, bajo la idea de una unidad monolítica, o de una no unidad, se ha logrado un cambio histórico en Venezuela.
La historia de los golpes de Estado dejaron una marca muy seria en contra de las salidas militares, las salidas golpistas. Los golpes no son que tu los desees o no, sino que se cierren todos los caminos y los que tienen las armas, tienen también la posibilidad decidir a dónde va el cambio. Esa salida no es la deseable aunque pueda ser en algún momento una salida fatal.
Precisamente por eso es que yo digo que aquí o negociamos a fondo un restablecimiento de la democracia y una salida de la tragedia actual, que ya no es solo por la democracia, sino para superar lo que el país nunca había padecido una situación social tan agobiante como la que está padeciendo. La más severa que yo recuerde.
-El Gobierno parece no sentirse atrapado. No se conmueve con lo que ocurre en el país. Se maneja como si nada estuviese ocurriendo, entonces ¿por qué Maduro querría ir a una negociación para una transición?
-Como todos los acontecimientos en la vida uno no escoge las opciones. Las opciones son las que se presentan y sus políticas han fallado. Es un Estado fallido en este momento. En consecuencia Maduro tiene dos salidas, ninguna de las cuales es plenamente ganadora para él. La primera salida es seguir enfrentándose al deterioro masivo y a las crisis que se están observando y retando a la comunidad internacional manteniendo por la vía de la fuerza el estatus quo. Pero no va a poder mantenerlo porque el deterioro en todos los factores que están actuando son ostensibles y seguramente aumentarán las tensiones internamente en su propio partido y no sé qué podrá ocurrir dentro de las Fuerzas Armadas que para mí siempre ha sido una incógnita, una caja de sorpresas.
El punto es que él tiene que entender, que para él no se trata de ganar o perder, se trata de qué forma sale mejor librado: Si enfrentándose al mundo entero, a su propio partido, a las propias fuerzas armadas y a la oposición o negociar una salida que sea lo más honorable posible. Esa salida es la Constitución, esa Constitución que hizo Chávez y que ahora quieren cambiar porque la Constitución también ha pasado a manos de la oposición como ocurrió con la Constitución de Pérez Jiménez. En consecuencia lo que le queda a Maduro es negociar.
-¿Quienes se opondrían a la negociación?
-Yo creo que Maduro debería revisar bien el asunto porque creo que está confundido porque oye el eco de sus palabras en sus seguidores pero sus seguidores están cada vez más dando evidencias de que no se sienten tranquilos con el futuro. Además fomentando odios, que llamándose justicia, sean en realidad una venganza y las venganzas históricas son siempre muy malas, los perseguidos de ayer se convierten en los perseguidores de hoy. Y eso es fatal, es un círculo vicioso que hay que cortarlo ya. Y la única manera de cortarlo es con una negociación que conduzca a una unas elecciones perfectamente claras. Supervisadas internacionalmente. Esa negociación está planteada. Una negociación con los factores que cuentan. Que son el Gobierno; la oposición y la comunidad internacional que está siendo afectada directamente por la crisis venezolana, entre otras cosas por la diáspora.
Venezuela ha sido ha sido aislada. Todos los organismos internacionales que meticulosamente creó Chávez han sido abandonados o se han volteado.