Cubano detenido por ser considerado ilegal en su propio país


La planificación central del socialismo lleva a la necesidad de limitar la libertad de movimiento.


Mientras el mundo entero se ve estremecido por la crisis humanitaria que aqueja a los refugiados de guerras y crisis económicas, dispuestos a exponerse a mares turbulentos y fronteras inhóspitas, desconoce a los refugiados internos que ha dejado un Gobierno en guerra contra sus ciudadanos. En Cuba no solo existen los balseros que cruzan las aguas en búsqueda de la libertad, sino que en la isla hay quienes son refugiados internos, desplazados, detenidos y separados de sus familias porque bajo la planificación central del socialismo de los Castro se asignan todos los recursos, de modo que los ciudadanos viven donde el gobierno decide.

Como tal, el Estado cubano tiene el poder de reubicar a la población, expulsarla y en caso de resistirse, apresarla. Así le sucedió a Yatilbert Muñoz Tamayo, de 25 años. Estaba en la casa de su esposa, en la provincia de Camagüey hace alrededor de un mes, haciendo gestiones para instalarse en ese municipio, hasta que fue detenido y declarado ilegal.

“¿Cómo es posible que un ciudadano nacido en esta isla esté acusado de ilegal (solo por querer mudarse con su mujer)? Eso es inaudito. Ese es uno más de los atropellos que tiene el sistema castro-comunista, el sistema narcisista. Ya no saben cómo utilizar este sistema para destruir a cada ciudadano en este país”, explica enfáticamente Alexis Muñoz Jiménez, presidente del Partido Libertario Cubano-José Martí, sede Camagüey.

Debido a ser una partido opositor, por lo tanto ilegal, pues en Cuba cualquier partido que no sea el comunista lo es, reciben todo tipo de quejas relacionadas con los excesos del partido de Gobierno.

Ahora visibilizan el caso de un ciudadano a quien le fue negada su libertad de movimiento. Aunque las sanciones por estar ubicado donde no fue asignado por el Estado son usuales, lo que hace particular a este caso es que el régimen suele expulsar a los ciudadanos de una provincia a otra, sin embargo, la “infracción” cometida por Yatilbert Muñoz fue estar en un municipio de su provincia. En otras palabras, el Estado ya no limita a los ciudadanos a una provincia, también a un municipio.

Ya varios activistas libertarios han sido desterrados de la provincia de Camagüey y les han advertido no volver. Sin embargo, han eludido la vigilancia de la seguridad del Estado y han retornado, por lo cual han sido recapturados, torturados y expulsados nuevamente.

Esta no es una particularidad de Cuba. Alemania estuvo dividida por un muro, no como frontera de un país a otro, no para impedir que otros entren, sino para que quienes estaban adentro no pudieran salir. En el socialismo la planificación no tiende a otorgar mayor autonomía a los ciudadanos, sino a aumentar el control. Y así fue de ese lado del muro, que no era más que la cara visible de la cortina de hierro erguida por la Unión Soviética, donde se otorgaban pasaportes para la circulación dentro del país, documento que se le entregaba solo a quien tenía un trabajo autorizado. No tener pasaporte era causa suficiente para condenar un ciudadano al gulag, campos de trabajo forzado, en los tiempos de Stalin.

29 años después de la caída del Muro de Berlín, y el debilitamiento del alcance soviético, sufrido también en Cuba, cuando perdió su mayor financiamiento, y 59 años después de la revolución de los Castro, los cubanos siguen sin libertad de elegir dónde y con quién vivir, así nos muestra Yatilbert Muñoz Tamayo, detenido y declarado ilegal por amar a una mujer de otro municipio.

El mar que rodea la isla le ha quitado la necesidad de levantar murallas, quienes escapan deben enfrentarse a esas aguas infestadas de tiburones. Y si pretende vivir en la isla, pero no donde el Gobierno los asigna, habrá sanciones.

Pan Am Post – Mamella Fiallo.

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