David Morán Bohórquez *
PDVSA Y CITGO
Venezuela en ruinas por causa de Chavez y Maduro.
Secuestros y canibalismo en lo que queda de Citgo y Pdvsa
Ante los ojos del país y del mundo, Pdvsa y su mayor filial, la estadounidense Citgo, entran en el tramo final hacia su ruina total. Atrás queda, demolido por el socialismo y la corrupción, el mito que Venezuela era un país rico por tener no sólo petróleo, sino una petrolera estatal rentable. Y es cierto, Venezuela tiene más petróleo que Arabia Saudita gracias a la naturaleza, pero más miseria que Honduras o Bolivia gracias al Psuv y sus gobiernos.
En 20 años, el socialismo arruinó a la joya agrícola de África -Rhodesia, renombrada Zimbabue- donde sólo hay trabajo para 1 de cada 10 habitantes aptos. Y en 20 años, el Psuv y su socialismo arruinaron a Venezuela, la joya petrolera de Sur América, lo que se creía un imposible. Hoy la deuda externa de Venezuela es de 5.000 dólares per cápita, pero el salario promedio es de apenas 3 dólares mensuales.
El incentivo a la militancia roja: robar
Hugo Chávez, un gran embaucador, comenzó la demolición de Pdvsa cuando el 7 de abril de 2002, en televisión con un pito en la mano, despidió a Eddy Ramírez, director gerente de la filial Palmaven; Juan Fernández, gerente de planificación y control de finanzas; Horacio Medina, gerente de estrategia de negociación; Gonzálo Feijoo, asesor mayor de estrategia de refinación; Edgar Quijano y Alfredo Gómez, asesores laborales de recursos humanos, y Carmen Elisa Hernández, analista de proyectos de PDVSA Gas. Luego siguieron los 23.000 mejores trabajadores de esa empresa.
Había muerto entonces la meritocracia en una empresa de 44.000 trabajadores y casi 3 millones de barriles de producción diaria cuyos directores recibían de manera transparente unos 200 mil dólares anuales en beneficios laborales. Era un petrolera eficiente y rentable.
Nacía así la militancia roja y socialista en la mayor empresa nacional. Alí Rodríguez sustituyó a Gastón Parra en la presidencia de Pdvsa en 2002 quien a su vez en 2004 dio paso a Rafael Ramírez quien la presidió hasta 2014. En 2006 se hizo famoso cuando en una alocución a los empleados de la empresa expresó “la Nueva Pdvsa es roja, rojita de arriba a abajo…” Hoy un alto gerente de la industria, un militante rojito, tiene un salario de unos 12 dólares mensuales, unos 350 dólares de beneficios laborales anuales. Los obreros ganan unos 5 dólares mensuales. La nómina alcanza a 140 mil empleados, unos 30 mil cobran sin trabajar. Sin méritos, el militante socialista encontró en la corrupción y el robo sus incentivos y beneficios.
Hoy Pdvsa y sus socias extranjeras producen apenas 1,6 MM de barriles diarios de petróleo, de los cuales unos 100 mil barriles corresponden a agua de procesos y lodos (la Opep alarmada, pide a Venezuela sincerar sus cifras de producción). Se queman en mechurrios por mala praxis en la producción de petróleo unos 300 mil barriles de petróleo equivalentes diariamente. Los pozos cerrados ya alcanzan los 18.000. Apenas 39 taladros petroleros están activos en el país, el menor número en 14 años. Pdvsa registró en 2016 unas pérdidas totales de 10.624 millones de dólares. Sin duda alguna, la Pdvsa socialista es roja-rojita y también parte de un entramado mafioso.
Secuestros en CITGO
Esta semana fueron apresados en Caracas, el presidente ejecutivo de Citgo, José Ángel Pereira Ruimwyk y cinco vicepresidentes de esa filial de Petróleos de Venezuela (Pdvsa): el vicepresidente de Operaciones de Refinación, Tomeu Vadell Recalde; el vicepresidente y gerente general de la refinería Corpus Cristi, Alirio Zambrano; el vicepresidente de Suministro y Comercialización, Jorge Toledo; el vicepresidente de Relaciones Estratégicas con los Accionistas, Gobierno y Asuntos Públicos, Gustavo Cárdenas, y el vicepresidente de Servicios Compartidos, José Luis Zambrano. Están acusados por el Ministerio Público de “suscribir contratos para el refinanciamiento de los programas de deuda 2014 y 2015, con el fin de solicitar préstamos bajo condiciones desfavorables para la industria y además, ofrecer como garantía a la propia empresa, comprometiendo el patrimonio de la República”.
Fueron traídos a Caracas bajo engaño, para una “reunión” y así apresarlos. Están recluidos y aislados en la sede de la DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia militar). De ser ciertos los delitos, ninguno se cometió en Venezuela. Pensaría uno que lo apropiado era denunciarlos en EEUU, donde laboran y donde la empresa tiene actividades. Pero no. Secuestrados en Caracas no puedan hablar con la justicia estadounidense, que investiga esa empresa por corrupción en el extranjero, lavado de dinero y posibles conexiones con el narcotráfico bajo la guía de la Fiscalía de Houston. Otro detalle, es que a ninguno de los miembros de la Directiva de Citgo, que es la máxima responsable, han sido señalados por el Ministerio Público venezolano.
En 2016, Citgo estaba valorada en unos 12 mil millones de dólares. En Octubre de 2016, el 50,1% de su capital social fue hipotecado por el gobierno de Maduro como garantía al bono que Pdvsa emitió por 3.376 MMUSD que vence en 2022 y rinde un 8,5% de interés anual. En Diciembre de 2016, fue hipotecado el restante 49,9% de su capital social, por el gobierno de Maduro, a la petrolera rusa Rosneft, como garantía a un préstamo por 1.500 MMUSD a Pdvsa del que no se tienen detalles públicos.
Autocanibalización en Pdvsa
Simultáneamente esta semana según informara Reuters, PDVSA, con problemas de liquidez y en bancarrota, ha recurrido al desvío del petróleo de sus empresas conjuntas con firmas extranjeras para alimentar sus refinerías nacionales. Le pide entonces el petróleo que sus socias -venden en el extranjero- sin pago alguno, en una especie de “fiado forzoso”. ZeroHedge lo describe en OilPrice como una autocanibalización, ya que esa retención de crudo sin pago, para enviarlo a la refinerías nacionales, le sustrae a Pdvsa el ingreso de divisas que sus socias le entregaban al vender el crudo en el extranjero. Por un lado resta divisas, aumenta deuda y apenas alimenta unas refinerías destartaladas.
Esto apunta a entender que la producción propia de Pdvsa es mucho menor de lo que indican los números, de por sí falseados, y podemos inferir que el daño oculto por años, de latrocinio y corrupción, (sólo en la Faja del Orinoco van este año más de 50 ejecutivos de Pdvsa indiciados por delitos de corrupción) es mucho mayor a lo que se oculta, es decir, es una canibalización mayor.
Mafia vs Mafia
Nos queda claro que el intento de “mercadear” el secuestro de los ejecutivos de Citgo y la detención de los ejecutivos de Pdvsa Faja como lucha contra la corrupción busca esconder una guerra entre mafias, que han penetrado toda la estructura del gobierno nacional. Alejados de toda praxis jurídica y gerencial, las mafias se envían mensajes directos, se amenazan, mientras el país observa impávido la destrucción.
Al tanto de la guerra mafiosa, el pasado 20 de noviembre Rafael Ramírez publicó un tuit, con una clara advertencia: que sabía mucho, había dado de comer a muchos y que no se metieran con él.
El 22 de noviembre Iris Varela reaccionó y dijo en una entrevista en VTV “No me gustó para nada el comentario de Rafael Ramírez, porque yo sé de donde viene Rafael Ramírez y sé qué es lo que ha hecho en todo el proceso revolucionario, entonces que él salga ahorita a decir que yo advertí, que yo dije que yo esto… está buscando un titular, ojo con eso…” El mensaje era claro: camarada, callado le va mejor.
Ese mismo día, Maduro invoca la máxima mafiosa, la de traición (la falta de disciplina entre los integrantes) y durante una alocución en Miraflores, con Iris Varela a su lado, dijo ““El que cae en la lengua de Iris se seca; el que traiciona a la revolución se seca. Hay candidatos por ahí loquitos por lanzarse por el barranco de la traición. Échale pierna, mi compadre, lánzate, que te espera el basural de la historia”, amenazando claramente a Ramírez.
Como el lector comprenderá, así se hablan los mafiosos.
Mientras, 31 millones de venezolanos, apaleados por la miseria, no se percatan que el daño es mucho mayor que lo aparente. Ruina y mafias, aparentemente nada importante para denunciarlo, enfrentarlo y buscar justicia.
¿Abriremos los ojos? ¿Reaccionaremos? Apenas comienza la pelea entre mafias cuando, paradójicamente, concluyen la destrucción de Pdvsa y Citgo.
* David Morán Bohórquez es ingeniero industrial y empresario. Fue negociador técnico ante el FMI, BM y BID de la Agenda Venezuela
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