Prof. Alfredo Rosas
Sí, es cierto el chiste. Según el CNU, el Vice Rector Académico de mi universidad, es un militar, de nombre Luis Holder Pérez quien se autodescribe como:
“Profesor de la universidad militar bolivariana de Venezuela con investigación fundamental y docencia en "seguridad multidimensional", "seguridad de la nación", "defensa integral de la patria", "derechos humanos desde un enfoque crítico" y "uso pacífico del espacio ultraterrestre" en el instituto de altos estudios de la defensa nacional de la umbv.” Cita textual de su perfil en Linkedin, que escribió él mismo.
Su extensa obra intelectual la ha publicado en www.aporrea.org, revísenla.
Les cuento que me preparé para ese cargo durante años, sin descuidar mi trabajo docente y de investigación, publicado en las más acreditadas revistas internacionales de mi especialidad. Cuando finalmente me propuse como candidato al cargo perdí la elección por 15 votos; y de inmediato regresé a mi laboratorio desde donde apoyé la gestión de quien resultó electo. O sea, sé de lo que estoy hablando.
Solo los profesores de la USB pueden ser candidatos a un cargo Rectoral y – lo determinante, porque lo elegimos nosotros– debe habernos convencido con una larga y meritoria carrera académica, de su conocimiento de las metas de la USB y de su habilidad para gestionar su logro. Y eso no se aprende sino dentro de nuestra universidad, porque son los planes que hemos ido puliendo esmeradamente entre todos desde el 18 de julio de 1967. Sin las urgencias de la inmediatez, con la sensatez de decidir sobre metas de largo aliento, han sido 50 años de dedicación sostenida y de un entusiasmo que amalgama la frescura estudiantil con la experiencia decantada de nuestros mejores intelectuales.
Les describo el cargo: Debe dominar al detalle los objetivos y planes curriculares de cada carrera. Con la misma enjundia debe ser veterano en el trato con nuestro estudiantes, con el personal de apoyo, administrativo y obrero. Y con los profesores. Todos civiles. Civiles todos que ejercemos los cargos como ejercicio libertario de vocaciones y del compromiso con la sociedad, no porque nos lo imponga un jefe. Civiles todos que nos hemos convocado en esta institución académica para llevarla al más alto grado de excelencia, sabiéndonos cada quien indispensables, y responsables del mejor desempeño en los cargos, desde el Rector hasta el estudiante recién ingresado. Debe tener incrustado en su ADN ciudadano que el Vice Rectorado Académico es un cargo gerencial, sin otra autoridad que la del más eficiente logro de nuestros objetivos, detalladamente descritos en nuestros 50 años de existencia y que no están al alcance de ese cargo alterarlos. Que el título de jefe solo define las responsabilidades del cargo, pero que los obreros, empleados, estudiantes y profesores no reciben órdenes –como los militares- sino que se les lidera con el conocimiento, la experiencia y el respeto mutuo.
Por esas razones concluyo que este señor ni conoce el cargo ni cumple con las exigencias para ejercerlo. Su designación es írrita y simplemente no lo reconocemos como uno de los nuestros. En lo que a nosotros concierne, seguiremos funcionando normalmente. Si se le ocurre acercarse a nuestro campus, luchará con el vacío. Si tiene la peregrina idea de imponerse violentamente no tendrá que reventar ninguna puerta, porque las nuestras siempre están abiertas. Si convoca a una reunión, no asistiremos. Si pretende mandar por decretos, los ignoraremos. Si se sienta a tomar un café en el Amperio, evacuaremos el sitio. Sería divertido.
Y, de qué tamaño es esta ofensa contra la majestad de nuestra Casa de Estudios, descomunal, impensable, inaceptable por cualquier comunidad académica en el mundo. Pero, comparado con la barbarie a la que son sometidos diariamente nuestros estudiantes, es como una copa de fino vino con la que reafirmamos nuestra identidad.
Alfredo Rosas Romero, Profesor Titular de la Universidad Simón Bolívar, Licenciado, M. Sc., Ph. D.