Julio Cesar Arreaza
Ni a llorar al Valle podrá acudir Maduro u alguno de su claque mafiosa, sobre todo el infame alcalde de Caracas, el rechazo es protuberante y quedó patentizado en la espontánea reacción de los pobladores de la populosa parroquia ante la presencia de los capitostes oficialistas en camionetotas blindadas, cuando fueron expulsados a punta de gritos y piedras. No quiere nada El Valle con un régimen forajido, viejo, violento y corrupto que los estafó en sus sanas expectativas de superación personal y colectiva y los instaló en la pobreza e improductividad.
Lo que se está viendo en las calles de Venezuela es una rebelión civil contra el rompimiento del hilo constitucional causado por las sentencias de un TSJ express que eliminó el parlamento y el debido proceso, y atribuyó facultades dictatoriales al grotesco bailador de salsa que gusta danzar insensible en momentos de represión y muerte. Se rebela el pueblo ciudadano movilizado por hambre de comida y libertad. Hemos visto operar el divorcio emocional del pueblo con el castro chavismo y desatarse un huracán compacto de fuerzas democráticas en las calles.
Ante nuestros ojos observamos a la dictadura actuando con violencia e impunidad, vemos a un estado fallido carente de institucionalidad que fuera vendida y mal al Poder Ejecutivo que se autodestruyó en la mejor versión de chacumbele reduciendo su capacidad de respuesta en un marco de desinstitucionalización No puede haber dialogo con resultados dentro del marco de un estado fallido y forajido. Un Estado fallido sin capacidad de satisfacer las necesidades básicas de toda su población en medio de una confrontación cada vez más violenta.
Sin instituciones no puede haber juego institucional. Pero hete aquí “legítima Asamblea Nacional” promoviendo limpiamente la consulta a la soberanía popular en pos de un esquema de transición, jamás de transacción dentro de un sistema colapsado. La gente no se cansa porque está harta del caos creado por el régimen.
Secuestran a los estudiantes que protestan, sin juicio y debido proceso, aplicando prácticas policiales de un totalitarismo de pranes.
La calle debe seguir activa e inspirada sin bajar la guardia, sorteando toda clase de maniobras del G2 cubano. La gente dijo “Ya esto se acabó”, cero tolerancia con un régimen psicopático que invade tanto la vida social como la íntima, y pretende tapar la realidad terca, sufriente, moliente y doliente. No es posible cohabitar con un sistema que hizo metástasis, que criminaliza la acción política; y martilla, aplasta, amedrenta y extorsiona mediante un poder judicial prostituido.
Luchamos por la restitución del hilo constitucional y el cese de una dictadura abierta. La Fiscal declara que aún continúa la ruptura del orden constitucional, al seguir vigentes las sentencias del moreno Maikel que propician la violación al debido proceso. El proyecto del oficialismo- ya agotado- es sobrevivir y aferrase al poder. Su salida está decretada.
Interesante resulta el contraste de dos conductas frente a la dignidad nacional:
Hace 55 años la OEA expulsó a Cuba por iniciativa del gobierno democrático de Venezuela que derrotó, fiel a la dignidad nacional, a los invasores en Machurucuto; 55 años después el régimen impresentable se retira de la OEA por órdenes del invasor injerencista y chulo Raúl Castro. No coments.
No más prisioneros políticos, ni exiliados!