Con esta improvisación gubernamental no se puede llegar a ninguna parte.
Al igual que en los años recientes, según el gobierno del socialismo del siglo XXI, este año nuevamente se incrementará la producción de alimentos en el país para contribuir con la soberanía y la seguridad alimentarias. Más o menos la misma arenga de todos los años, pero esta vez más exagerada y en palabras del propio presidente de la república quien dijo: “dentro de poco el gobierno logrará que de 3 millones de hectáreas productivas se alcancen 4,8 millones de hectáreas cultivadas”. Por su parte, José Agustín Campos, presidente de la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Venezuela (CONFAGAN), señaló que sembrarán 4 millones de hectáreas en rubros de ciclo corto en el año 2017, especialmente maíz para harina precocida.
Tengo que repetir que la agricultura no es decir vamos a sembrar, si no por el contrario, es sembrar. Agricultura no es asignar recursos para el sector, si no que éstos sean suficientes e invertirlos adecuadamente. Para eso no se puede improvisar, al contrario, se requiere una organización, una disciplina, una planificación basada en qué, cuánto, dónde, con qué y con quién vamos a sembrar.
- ¿Qué vamos a producir?: se necesita producir alimentos energéticos como azúcar, cereales y semillas oleaginosas; y fuentes de fibra y de proteínas tanto animal como vegetal.
- ¿Cuánto vamos a producir?: en función de la seguridad alimentaria esperada, podemos estimar cuánto vamos a producir.
- ¿Dónde vamos a producir cada cultivo?: en los sistemas suelo-clima mejor adaptados para cada cultivo.
- ¿Con qué produciremos?: durante los años más recientes ha sido notoria la escasez de los insumos básicos para la agricultura, en todos los rubros y en todas las regiones del país. Si se quiere tener éxito con los programas agrícolas, esos insumos deberían llegar a las unidades de producción a tiempo, en las cantidades requeridas, y del tipo y calidad exigidos por los agricultores.
- ¿Con quién produciremos?: en el país existe un buen número de productores agrícolas, capacitados, con experiencia, en muchos casos especializados en determinados cultivos y manejando muy específicos sistemas de producción, quienes serán los principales protagonistas de la actividad agrícola nacional. Junto a ellos estarían los pequeños productores, que tienen que ser apoyados y mejorados en cuanto al suministro de recursos incluyendo asistencia técnica.
- Otros: se debe satisfacer el área de financiamiento de la producción, incluyendo, además del apoyo para cubrir los costos directos de producción, las inversiones en infraestructura y en equipos y maquinarias agrícolas. También, promover la titularidad de las propiedades de los agricultores, así como brindarles seguridad personal que es un deber constitucional de los gobernantes para con los ciudadanos. Finalmente, comprometer a las industrias receptoras de materia prima para llegar a acuerdos que sean satisfactorios para ellos, pero también para productores y consumidores.
En vista de que ninguno de esos puntos, que son clave para el éxito de los programas agrícolas ha sido tomado en cuenta, con excepción de señalar que se sembrarán 4 millones de hectáreas, hemos considerado que es el mismo cuento de los años recientes. Los agricultores pueden contribuir en lo referente a qué sembrar y dónde y con quién hacerlo, el cuánto sembrar lo ha fijado el gobierno, pero el principal problema es con qué vamos a sembrar, lo cual es la piedra de tranca de todo este cuento.
Hoy es 14 de abril de 2017 y FEDEAGRO señala que apenas se ha movilizado un 5% de los insumos requeridos para sus siembras y, además, en el país no está la semilla de maíz necesaria para cubrir la superficie posible con este cultivo. Ellos mismos destacan que la escasez de fertilizantes será muy grave para este ciclo, cuyas primeras áreas se comienzan a sembrar a partir del 15 de abril, es decir, mañana. Con este insumo insustituible, los fertilizantes, voy a hacer una sencilla explicación, ya que la semana pasada, en una noticia de prensa, se anunció que a Puerto Cabello llegó un barco con 160.000 sacos de fertilizantes
Para el ciudadano común, que desconoce la materia, esa cantidad de sacos parece enorme y viene a solucionar el suministro de este insumo. Sin embargo, no es así y expliquemos la situación:
- Esos 160.000 sacos contienen 50 kg cada uno para un total de 8.000 toneladas de fertilizante.
- Se desconoce la composición de ese producto, posiblemente sea una fórmula compleja NPK, lo más probable 10-20-20 CP que ha sido la más distribuida en los años recientes.
- De esa fórmula, estimemos que se deben aplicar en promedio 400 kg (0,4 toneladas) por hectárea, que equivalen a 8 sacos. Quiere decir que con los 160.000 sacos se puede fertilizar solamente 20.000 hectáreas.
- Si se van a sembrar 4 millones de hectáreas, aplicando un promedio de 0,4 toneladas por hectárea, se requieren 1,6 millones de toneladas de fertilizante NPK. Si además se deben aplicar 200 kg de fertilizante nitrogenado adicional, se requieren 800.000 toneladas de nitrogenado que es generalmente urea. Por lo tanto, en total se requieren 2,4 millones de toneladas (2.400.000 toneladas) de fertilizantes para atender 4 millones de hectáreas.
- Durante los pasados 5 años se ha distribuido en el país alrededor de 800.000 toneladas anuales de fertilizantes, de las cuales 40% ha correspondido a productos importados y 60% productos provenientes de nuestra industria, principalmente urea. Como esta tendencia no va a variar ya que la industria de fertilizantes no ha mejorado este último año, la producción nacional de fertilizantes seguirá siendo 60% de 800.000 toneladas o 480.000 toneladas. Quiere decir que para 4 millones de hectáreas se debe importar 1.920.000 toneladas.
- Como esta semana llegaron las primeras 8.000 toneladas de fertilizantes solo falta por importar 1.912.000 toneladas. Ese producto tiene que negociarse en los mercados internacionales, luego es preciso contratar los barcos para traerlo y después distribuirlo en todo el país.
- Para movilizar esa cantidad de fertilizante se necesitan más de 63.700 viajes de gandolas, ya que cada una puede transportar 30 toneladas. Si durante el tiempo que dure la distribución de los fertilizantes por todo el país cada gandola puede realizar 10 viajes, habría que disponer de unas 6.500 gandolas.
Creo que finaliza el ciclo de lluvias de este año y no se ha terminado de negociar ese fertilizante, mucho menos se habrá contratado los fletes para traerlo a puertos venezolanos y menos aún se habrá contratado y organizado las gandolas para toda esa movilización. La situación se hace más crítica si tomamos en cuenta que para esos 4 millones de hectáreas se requiere, como mínimo, disponer de unos 10 millones de unidades (kg o litros) de herbicidas y unos 5 millones de litros de insecticidas, todo eso sin incluir las semillas. Por eso digo que para el ciclo del 2017 estamos ante el mismo cuento de todos estos funestos años para la agricultura venezolana.
Con esta improvisación gubernamental no se puede llegar a ninguna parte. Programas agrícolas serios tienen que ser elaborados en todas sus instancias por personas que conozcan de la materia, no por estos paracaidistas que han estado volando de un ministerio a otro durante estos 18 años, como si estas dependencias oficiales fuesen centros sociales, campos deportivos o cuarteles.
Abril de 2017