José Rosario Delgado
El gobierno que no gobierna sino que atropella, acusa al contrabando de todas las cosas que se pierden en el camino y que ellos mismos sustraen para engrosar cada vez más sus de por sí ahítos bolsillos de dinero mal habido y bien exhibido; ….
El contrabando de gasolina, de alimentos, de medicamentos, de materiales de construcción, de muebles e inmuebles, de productos de línea blanca y marrón, de vehículos livianos y pesados, de minerales valiosos y piedras preciosas, de billetes de 100, de animales y de personas, y el contrabando de cuanto Dios creó en esta tierra en desgracia hoy se lo atribuyen a la oposición.
El sector privado no construye viviendas porque los apátridas se llevan el cemento, los bloques y las cabillas para el imperio; la gente se muere de hambre porque los “oligarcas” arriman la comida para Colombia que, además, nos manda pa’cá famélicos refugiados que vienen a disfrutar de la riqueza socialista; nuestros enfermos no consiguen medicamentos porque las transnacionales farmacéuticas los comercian en el exterior no sólo para lograr mayores y mejores dividendos, sino para conspirar en contra la bonanza bolivariana y dar al traste con la revolución.
Los contrabandistas apátridas negocian hasta con el agua del Caroní y del Orinoco para dejar que se vacíe El Guri y así sabotear la excelente generación de energía y la eficaz distribución de la electricidad; pescadores pitiyanquis financiadas por la MUD ocupan las aguas marinas y submarinas para llevarse peces y pescados a los grandes acuarios de Disneylandia y los más exquisitos restaurantes del Norte; esas largas colas vistas en las estaciones de servicio son causadas por los capitalistas que, además de enviar el combustible a otros países, se reservan el de alto octanaje para el funcionamiento de sus poderosas naves aéreas, terrestres, marinas, lacustres y fluviales.
Es decir, que las quejas del gobierno son sobre los asuntos que debe manejar el gobierno; si la gasolina, alimentos, medicamentos y materiales de construcción pasan por la frontera de contrabando para Colombia e islas del Caribe, se supone que es el gobierno socialista con sus militares, milicianos, colectivos, camaradas y patriotas armados hasta los dientes quien debe vigilar y resguardar las entradas y salidas para evitar la extracción; de modo que si sucede como lo asegura el gobierno en sus largos, latosos, cansones y repetitivos cadenazos son ellos mismos los responsables, mientras la gente anda de cola en cola buscando la vida y consiguiendo la muerte.
El único contrabando que le han metido a Venezuela en estos 25 años es la revolución flatulenta que acabó con la dignidad y la vergüenza de muchas personas, con la institucionalidad y sus instituciones, con la libertad y la democracia, con el Poder Público y sus órganos constitucionales y éticos sin que nadie moviera un solo dedo cuando hasta los menos avezados en derecho, moral y cívica preveían una catástrofe sospechada por muchos medios aunque otros, preparándose para las mieles del poder, facilitaron la llegada contrabandeada de esta tragedia anunciada…
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Dígalo ahí digital. Nº 10. 30/03/2017