Alberto Arteaga Sánchez En el vocabulario de la “revolución” se ha entronizado una desconocida palabra, ahora convertida en fetiche, anatema o sacrilegio, razón de ser de la acción de del Gobierno contra la Asamblea: ¡Desacato! Al reiterado argumento del “golpismo”, “traición a la patria”, “conspiración”, ahora se esgrime el “desacato” como último alegato que pretende cubrir cualquier arbitrariedad. La religión “bolivarista” ha encontrado la piedra angular o el pecado original que explica la persecución, los juicios y la condena de la representación “popular”. El problema está en que nadie se ha preguntado ni ha respondido qué se entiende por desacato, Seguir leyendo