La escasez épica de Venezuela no es noticia nueva en este momento. Sin pañales o piezas de automóviles o la aspirina – todo ha sido bien documentada- pero ahora el país está en riesgo de quedarse sin dinero en sí mismo. Es una historia que pone de relieve el caos de la inflación desenfrenada; Venezuela está luchando para imprimir nuevos billetes lo suficientemente rápido para mantenerse al día con el intenso ritmo de aumento de los precios, pero resulta que la mayor parte del dinero en efectivo, como casi todo lo demás en el país exportador de petróleo, es importado. Seguir leyendo