VenEconomía: David contra Goliat
Por los Editores de VenEconomía
En Venezuela desde hace casi 17 años se registra una titánica lucha entre un imponente Goliat que le ha afincado sus garras de manera inmisericorde a un David, representado por diversos sectores del país.
Un Goliat que ha dejado tras de sí un alto costo en vidas humanas perdidas, familias desintegradas, economía destruida, calidad de vida menguada y valores triturados en aras de una imposición del Plan de la Patria, que solo ha servido para catapultar a la riqueza mal habida a una élite enquistada en el poder.
En casi 17 años el país ha sido cercado por leyes del Socialismo del siglo XXI, aplicadas a mansalva y avaladas por unos poderes públicos puestos al servicio de ese proyecto de país que nadie entiende a dónde conduce, y aplicadas por entes fiscalizadores que actúan cual verdugos plantados frente a la guillotina que cortará la cabeza del oponente a la orden del superior.
Un cerco que ha destruido al sector productivo nacional, por diferentes vías. Bien a través de expropiaciones, bien por el estrangulamiento económico tras oleadas de fiscalizaciones y penalizaciones administrativas que se aplican bajo la coacción de organismos de orden público como la Guardia Nacional o de inteligencia policial como el SEBIN, o bien por la persecución penal contra propietarios, gerentes y administradores.
Secuelas de este actuar están, por ejemplo: 1) una Agroisleña productiva, convertida en una entelequia bautizada Agropatria paralizada por la ineficiencia, incapacidad, partidismo y corrupción. 2) Una Empresas Polar, no solo sometida al vilipendio continuo desde las poderosas esferas del poder, sino que se le arrebatan o expropian activos y propiedades, además de ser acosada por inspecciones a granel (más de 165 actos realizados por diferentes entes públicos y más de 1.500 requerimientos de información en lo que va de 2015) cada vez más intensas, más frecuentes, más desproporcionadas e injustificadas. 3) Empresarios detenidos y acusados sin pruebas de delitos no cometidos. Es el caso, por ejemplo, de Fray Roa, director nacional de la Federación Venezolana de Licoreros y Afines Fevelif), preso por criticar públicamente la decisión del Gobierno de que el IVA sobre licores de 50% y el IVA regular del 12% fuesen pagados a nivel de fabricante o mayorista así como la detención sin justificación de dos ejecutivos de la cadena de supermercados Día a Día.
Un cerco que ha constreñido la libertad de informar y el derecho del ciudadano a ser informado de asuntos de interés colectivo de forma veraz, objetiva y actualizada, mediante la confiscación o compras de amanuenses del Gobierno de medios audiovisuales o impresos, o a través de restricciones para acceder al papel periódico, tinta y repuestos, o como sucede con El Nacional, Tal Cual y La Patilla sometidos a una demanda por parte del Presidente de la Asamblea Nacional contra 17 accionistas y directores que no solo busca meterlos presos sino llevarlos a la quiebra al exigirles una indemnización por Bs.1,0 millardo por daños y perjuicios, contra cada uno de los tres medios.
Un cerco que ha cercenado el derecho constitucional a la protesta y a manifestar, llevándose consigo la vida de decenas de estudiantes, sometiendo a regímenes sustitutivos y de presentación a otros tantos, llevándolos al exilio o privándolos de su libertad y llevados a juicios espurios a otros. Caso emblemático el de Leopoldo López, quien espera el veredicto de una juez, que en el transcurso del juicio le ha violado sus derechos.
El 6 de diciembre los ciudadanos, como un gran David fortalecido en su determinación de no dejar morir la democracia, la libertad y los principios éticos, tienen una oportunidad de oro para torcerle el brazo a ese Goliat que se ha robustecido a fuerza de violaciones a la Constitución y el uso de la violencia y de la fuerza de las armas del Estado.
VenEconomía, empresa dedicada desde 1982 al estudio y análisis del acontecer nacional, es hoy día la principal casa editora de publicaciones especializadas en el ámbito de los negocios en Venezuela.
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Reproducido en “Latin America Herald Tribune”