Conversación telefónica entre Barack Obama y Raúl Castro ( Cortesía de la Casa Blanca) Hoy, ha sido una de esas jornadas que imaginamos de mil maneras, pero nunca como sucedió finalmente. Uno se prepara para una fecha en que pueda celebrar el fin, abrazar a los amigos que regresan, batir una banderita en plena calle, pero el día D se tarda. En su lugar, llegan fragmentados los sucesos, un avance aquí, una pérdida allá. Sin gritos de “viva Cuba libre”, ni botellas descorchadas. La vida nos escamotea ese punto de inflexión que guardaríamos para siempre en el calendario. El anuncio Seguir leyendo