Medicina tropical Una tarde de marzo de 1908, el doctor Rosendo Gómez Peraza, jefe de la medicatura del puerto de La Guaira, comentó, en el café de la estación del ferrocarril, un diagnóstico hecho por él aquella misma tarde: un caso clarísimo de peste bubónica. El cónsul de Estados Unidos, presente en la tertulia, pagó su cuenta, se fue derecho a la oficina del telégrafo y envió un cable a su embajador en Caracas. La noticia desató la ira de nuestro dictador de entonces, el canijo, rijoso e irascible general Cipriano Castro, quien ordenó encarcelar a Gómez Peraza por propalar Seguir leyendo