El régimen se ha empecinado durante 15 largos años en asestar un golpe continúo al sistema democrático e imponernos, torciendo el Derecho, un modo de vida contrario a la venezolanidad y a nuestros valores republicanos que datan de 200 años; es incapaz entonces acentuado por su nula capacidad de gestión, de acometer el viraje de 180 grados que se requiere para salir de la espantosa crisis en la que se sumerge la vida nacional. El remedio de los males no puede provenir de quienes los crearon y exacerbaron, porque están incapacitados por ser los responsables de un modelo socio- económico de control fracasado, causante del campeante desempleo, de las expropiaciones- confiscaciones ejecutadas en forma de robo, de la la ruina de la producción, productividad, en una palabra del desmantelamiento del aparato productivo y de la salida de la inversión extranjera.
El régimen trajo consigo de paquete la inseguridad mortal descomunal, un record mundial que se extiende a la inflación provocada por su pésima gestión, el desmadre de la corrupción de los altos mandos militares y de los capitostes “dojos dojitos”, como botón de muestra tenemos el Plan Bolívar 2000 y los 20 mil millones de dólares de cadivi que se robaron sus empresarios de maletín.
A lo anterior se añade el problemita de ilegitimidad que pesa sobre el presidente proclamado por el CNE, impuesto por el difunto comandante, padre del actual desastre. A Maduro le saldría si existiera un estado de derecho una medida de interdicción para gobernar debido a su incapacidad manifiesta.
El estado de derecho ha sido sustituido por una cáfila de Juristas del Horror, el mundo contempló estupefacto la impudicia de la Fiscal y del TSJ defendiendo lo indefendible, incriminando a la disidencia, y negando la brutal represión del régimen contra los estudiantes, por la mano criminal de sus colectivos paramilitares, quienes recibieron la orden para atacar en vivo y directo por televisión.
Esta crisis no la puede resolver quien la creó, quien ha arrasado con el estado de derecho y de justicia, no queda sino una transición democrática, el camino es el diálogo hasta donde sea posible combinándolo con acciones de calle encabezadas por el glorioso Movimiento Estudiantil.
Esta revolución chavista tapa amarilla es reaccionaria y de derecha, véase la represión y la trampa electoral permanente, jamás podrán calificarse de revolucionarios y progresistas, aquellos que masacran la juventud de un país y tienen a los sindicatos obreros en su contra.
Libertad ya para los presos políticos y regreso de los exiliados!
Julio Cesar Arreaza.
Diario 2001. Caracas 03/05/2012