Hanna Arendt advertía que en el totalitarismo el castigo no guarda relación con el delito. Ciertamente, cuando se trata de sancionar la conciencia, no existe manera razonable de estimar la cuantía y dureza de la pena que se aplica. Nuestros estudiantes son castigados discrecionalmente, sin apego a normas y sin respeto por los procesos legales establecidos, porque en el socialismo totalitario quien los castiga no es la justicia sino la voluntad del gobernante. Si éste califica los actos de protesta como acciones de la "derecha fascista" ya está dictando sentencia; solo resta la obediencia de vicarios venales con togas de Seguir leyendo