Un señor con barba y camisa desgajada lee el periódico en un portal de la calle Reina. “Esta gente está inventando el agua tibia…” se le escucha decir. En el diario que tiene entre sus manos se incluye un tabloide con la nueva Ley de Inversión Extranjera recién votada en la Asamblea Nacional. Aprobada por unanimidad, la controversial legislación llega en un momento en que la economía cubana necesita urgentemente capital foráneo. El apuro por obtener inversiones no ha provocado, sin embargo, mayor flexibilidad en temas como la contratación de personal. La recién aprobada ley mantendrá el monopolio estatal sobre Seguir leyendo