Alberto Barrera Tyska. El domingo pasado, en el programa de José Vicente Rangel, el ministro Rafael Ramírez ofreció una confesión extraordinaria que, sin embargo, no tuvo demasiadas consecuencias. Fue un striptease de lujo. Daba para el escándalo y la indignación en todos los bandos, para la reunificación del país con una caída múltiple de todas las quijadas. Ante el inevitable tema de Cadivi, el superfuncionario explicó la tragedia nacional de esta manera: “Lo que estaba sucediendo antes es que veíamos cuántas divisas teníamos pero su utilización estaba sin una planificación, no quiero decir ni siquiera adecuada sino que no existía Seguir leyendo