Régimen Maduro-Cabello.

Régimen Maduro- Cabello

Julio César Arreaza B

Un régimen democrático es el que se ciñe a una Constitución, que entre sus normas broten, como de un manantial, las libertades fundamentales con sus garantías y la separación e independencia de los poderes, lo cual asegura una administración de justicia, con un fiel de la balanza ubicado milimétricamente en el justo medio y funcionando a plenitud, que no se incline hacia ningún lado, sino hacia el cumplimiento de la ley y la equidad.

La justicia es la columna vertebral de la democracia. La rendición de cuentas de cualquier funcionario es moneda de curso corriente y su primer deber. La transparencia y la luz son mecanismos desinfectantes contra la corrupción.

El régimen de Chávez, Maduro y Cabello, es otra cosa, un régimen personal, opaco y autoritario, ellos se sirvieron del sistema democrático solamente para arribar al poder en 1998, luego de un fallido y sangriento golpe de estado en 1992, para luego proceder a anular la Carta Magna, tildada de moribunda, mediante violaciones consuetudinarias, sustituyéndola por un entramado seudo legal, un conjunto sobrevenido, excepcional y desarticulado de reglas, que promueven la impunidad, la arbitrariedad, la corrupción, el desorden, bajo la simulación de estar desarrollando un orden socialista-humanista, un batiburrillo, que para ellos es esencial pues le permite lograr su objetivo: mantenerse en el poder y enriquecerse.

Los poderes del régimen a secas, no se apellida democrático, son el CNE sumiso que calla ante la última y descomunal trastada y violación a la ley: el anuncio oficialista de celebrar el día de la lealtad a Chávez precisamente el día de las elecciones, el 8- D. No nos extraña que ese día Lucena porte el brazalete del comandante eterno. Una Contraloría complaciente que no exige rendición de cuentas, un TSJ y Fiscalía que ilegalmente cumplen órdenes del poder ejecutivo.

Román Cárdenas ministro de Gómez, fue el creador de la Unidad del Tesoro y de  un Presupuesto Nacional que se ejecutaba con precisión rindiendo siempre cuenta, todas las grandes obras tenían sus apartados. Este régimen acabó con la Unidad del Tesoro y ahora existe una pluralidad de fondos ilegales que ha creado un caos sin precedentes en las finanzas públicas, hete allí corrupción. Fresca aún la imagen del difunto manipulando unos papelitos, administrando así los diferentes fondos como si de su hacienda personal se tratara.

@JulioCArreaza

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