Fascismo a la cubana
15.10.2013
12:47 PM
Con el decreto de Maduro lanzando el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa), la mayor expresión de fascismo que ha podido ordenar la administración de los Castro contra los venezolanos, queda claro que este gobierno está en un plan de cerrar filas en el equipo de la alta represión y la persecución política. Claro, los maestros son los cubanos. Los guías invencibles en esto de asaltar el poder, quedar ahí y no salir más nunca.
Para el jurista Asdrúbal Aguiar es aberrante e inconstitucional. Y aclara que no se trata solamente de una instancia que persigue, entre otras cosas, desintegrar lo poco que queda de libertad de expresión en el país. Es una amenaza directa contra la libertad en general. También, deja al propio Nicolás Maduro sin trabajo. Dice Aguiar que la claque militar que rodea a Maduro y le da sustento, blinda el círculo de su poder e impone su inconstitucional Cesppa, pues, mientras dura, transforma en eunucos a los ministros del Interior, Justicia y Paz; de Relaciones Exteriores, y de Defensa, y dejan de ser, en la práctica, órganos directos del Presidente de la República, como lo manda el artículo 242 constitucional.
Organismos como el que trajeron los cubanos a la administración de los herederos de Chávez y que decretó Maduro de la manera más diligente, han existido siempre en gobiernos de carácter fascista, criminal y dictatoriales. Los hubo en Argentina en los tiempos de los generales gorilas. En Brasil igualmente cuando los militares se apoderaron del país. En Alemania de la mano de Hitler. En la Italia de Musolini. En la Cuba de los hermanitos criminales del Caribe, no podía faltar.
Por eso Aguiar advierte: El Cesppa se convierte en la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional, de la dictadura de Chile), que tendrá más poder que el propio Presidente de la República, y que desnuda la autoría castrense del manido decreto. Recuerda que hubo iniciativas similares a inicios del gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez. La primera fue el llamado Sistema Nacional de Inteligencia, que pretendía mudar a Miraflores y bajo dependencia inmediata de Chávez, una policía secreta al mando del teniente Eliézer Otaiza, y cuya ley, aprobada por la Comisión Legislativa en el año 2000, fue objetada ” a buena hora” por los ministros de Defensa, Raúl Salazar, Luis Alfonso Dávila y José Vicente Rangel, quienes impidieron su ejecútese.
Los militares, ahora, se quitan la careta. Ya se había dicho que el difunto por ser militar y de la mano de los criminales de Cuba estaba militarizando al país por gotas hasta que desde la presidencia hasta el último organismo del interior tuviera a uno de verde al frente. Así lo hizo. Pero la ecuación se rompe con Maduro. Es un civil. Como dicen en algunos cuarteles cuando se refieren a una persona común y corriente “ese es un civil”. Y eso no podía ser. Ya encontraron la forma de mandar de frente. No más disimulos. Y, claro, Maduro se hará el loco mientras esto le permita seguir desfrutando de una posición que evidentemente le queda grande.
Más de Asdrúbal Aguiar: “El poder real de la República está en manos castrenses, en las del Secretario de Maduro y del otro Mayor General quien ocupará el Cesppa en calidad de “rector y articulador” de las políticas de trabajo de los ministerios mencionados, y eso viola el artículo 323 de la Constitución que instituye el Consejo de Defensa de la Nación; deroga de facto la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, y arrasa con la Ley del Sistema Nacional de Inteligencia y Contrainteligencia que fija las normas sobre clasificación de documentos secretos”.
¡Levanten arrrrrrr! ¡Vista al frennnnn!
SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.
El Universal.