ECONOMÍA
Imposición del marxismo caletrero
MANUEL RODRÍGUEZ MENA
A millones de venezolanos nadie necesita mostrarles o demostrarles que la crisis sociopolítica y socioeconómica que martiriza a Venezuela, es desastrosa, pues todos ellos (sobre todo los no “enchufados” en el disfrute corrupto de los cuantiosos fondos públicos que ha manejado pésimamente el régimen castro-chavista desde sus inicios hasta el día de hoy) han venido padeciendo cotidianamente sus terribles efectos en su vida personal y social.
En cambio, sí ha sido muy necesario, urgente e importante (y esa debería haber sido función fundamental de los que son o dicen ser dirigentes políticos o líderes sociales de oposición ), el informarles y explicarles a esos millones de sufridos venezolanos por qué, con sobrada razón, tal desastrosa crisis puede ser calificada de contradictoria y paradójica, por haber ocurrido en la única etapa de toda nuestra historia en la cual el Gobierno de turno contó con recursos financieros (más de un billón de dólares) y con poder gubernamental (dominio absoluto sobre todos los poderes públicos) muchísimo más que suficientes para haber contribuido a sentar las bases de un sólido proceso sostenible de prosperidad y progreso social para todos los venezolanos, para lograr lo cual le bastaba al Gobierno apenas una moderada dosis de buena voluntad .
Pero no fue así. Nunca fue así. El proyecto político- gubernamental nunca tuvo nada que ver con prosperidad y progreso social de todos los venezolanos, sino que desde el principio estuvo inspirado en la ideología comunista castrista, construida a base de tomar al caletre las nociones, criterios analíticos y conclusiones asentadas por Carlos Marx y Friedrich Engels en el Manifiesto del Partido Comunista, proclama encargada a ellos por la Liga de los Comunistas entre 1847 y 1848, y publicada por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848.
Similar barrabasada ideológica comete el castrismo cuando “caletrea” a El Capital de Carlos Marx, libro que debe leerse, si se ha de leer bien, como un conjunto de criterios analíticos y argumentos críticos del capitalismo fundamentados en su noción de la sociedad por él observada, vale decir, la sociedad de entonces.
CHÁVEZ SEDUCIDO
Para colmo de males para Venezuela, Chávez, juvenilmente seducido por la “deslumbrante brillantez “del liderazgo de Fidel Castro, fue presa fácil de Marta Harnecker, quien fue enviada por Fidel a entrevistarse con Hugo Chávez para convencerlo de que su aspiración de liderazgo latinoamericano y tercermundista prácticamente se aseguraba si él asociaba su proyecto político al proyecto político castrista.
Sobre la base de estos y otros hechos, y con la ayuda del discurso y de la ejecutoria de Chávez y sus secuaces, comprobé mis hipótesis sobre la verdadera naturaleza del proyecto aparentemente liderado por Chávez. Sobre esas comprobaciones, desde el mes de enero del año 2006 he venido haciendo exposiciones en la Cátedra Pío Tamayo (todas están grabadas), y he publicado artículos contando con la generosidad de varios sitios web y de algunos medios de comunicación impresos. La sostenida comprobación de mis hipótesis me ha autorizado a aludir al régimen imperante en Venezuela como “Proyecto Castrochavista”, pues ha quedado demostrado en los hechos que el verdadero presidente de ese proyecto es Fidel Castro, y Chávez, desde la presidencia de Venezuela no ha hecho otra cosa que dirigir su ejecución en Venezuela. Papel que, no hay duda de ello, Maduro está cumpliendo con gozosa sumisión.
En fin, los hechos profusamente conocidos me permiten reiterar mis planteamientos formulados públicamente desde el año 2006, y asimismo me permiten reafirmar con seriedad que el Proyecto Castrochavista tiene un objetivo supremo que es la instauración de un régimen militarista totalitario que se alinee con el proyecto castrista en su política de confrontación con las democracias occidentales, con la máscara del antiimperialismo.
Puedo, por lo tanto, reafirmar que para lograr ese objetivo supremo el proyecto castro chavista requiere ejecutar una estrategia capital que consiste en la destrucción de la democracia representativa como sistema político y en la destrucción de la economía de libre empresa con propiedad privada múltiple de los medios de producción como sistema económico concomitante natural de la democracia representativa que hay que destruir.
La aplicación intensiva y extensiva de la estrategia capital se corresponde con la imposición autoritaria del marxismo caletrero, que lleva al Gobierno castrochavista a identificar a la sociedad venezolana de hoy con la sociedad existente en 1847 y 1848 estudiada por Marx; y en consecuencia llevándolo asimismo a asimilar el estamento político y el estamento económico de hoy al estamento político y al estamento económico de entonces.
CONCLUSIÓN
Vistas así las cosas, la generación actual de venezolanos debe tener claro que enmudecer y dejar que este Gobierno ejecute cabalmente su proyecto, es permitir pasivamente la destrucción de la sociedad venezolana, en nombre de clichés ideológicos ancianos de siglos. Si el problema es de todos, todos debemos luchar, con nuestros mejores recursos, con todas nuestras fuerzas, para impedir el holocausto de Venezuela.
Sábado 20 de Julio de 2013 |Pag. 22
TalCual