Politica ficción : ética socialista.

Política ficción
EDUARDO VÁSQUEZ

Más importante, más nociva que la ciencia ficción es la política ficción. Alrededor de la política se construyen mitos, ficciones de todo tipo, pero hay un campo en que pululan las más extraordinarias ficciones.
Se trata del de los valores socialistas o de la ética socialista. Si acudimos a la historia, podemos comprobar que en la historia de los partidos comunistas lo que más bien ha proliferado son los contravalores, entendiendo por tales la negación de todo lo que constituye la humanidad del ser humano.
La historia de Cuba y de la URRS es un verdadero muestrario. Una de las mayores creaciones del bolchevismo socialista es el culto a la personalidad, el elogio desmesurado del jefe.
Escojamos algunos. “Alma de toda poesía y también espíritu de toda prosa, Stalin tiene el papel de todos los campos de la actividad humana, de la industria y de la agricultura, de las artes, las ciencias y las técnicas.
Todos los resultados son adquiridos gracias a su genial perspicacia, a su intervención en todo momento, en todos los detalles, de todo trabajo creador. Stalin arregla personalmente todos los detalles. Sólo puede recurrir a la mentira. No hay indicios ciertos, ni cifras”. Stalin ignora todo del estado de la economía, pues sólo recibe informaciones falsas, sugeridas por el miedo, ya que la sinceridad de los comisarios y de los secretarios, de los jefes de las empresas, son interpretados como sabotaje y castigados con la muerte.
Prokofief destaca en su elogio: “¡Todo está incluido en ese nombre (Stalin) tan inmenso. Todo: el Partido, la patria, la vida, el amor, la inmortalidad, todo!”. Un tal Avdeienko, recita: “Puedo volar hacia la luna, viajar al Ártico, hacer un gran descubrimiento, inventar una nueva máquina, pues mi energía creadora no está oprimida por nadie, todo esto gracias a ti, gran educador Stalin” y concluye: “Tu nombre será grabado en cada fábrica, en cada máquina, sobre cada lote de tierra, en el corazón de todos los hombres”. Este culto o deificación es un capítulo interesante de la historia de la degradación humana escrita en el país de la revolución. Un hombre colocado a gran altura no podía cometer errores. Stalin era infalible. Por eso, uno de sus rasgos distintivos es el de echar sus propios errores y equivocaciones, así como sus errores políticos y gubernamentales sobre aquellos cuyo descrédito y pérdida él busca. En ese país, lo que hay es continua escasez, salarios 5 veces menores que los de las sociedades burguesas. T. G.
Masarik lo atribuye todo a que “el pretendido sistema soviético nunca fue sino una ausencia total de sistema, es decir, una serie de improvisaciones y una acumulación de expedientes, a pesar de los principios exhibidos así como los pretendidos planes se caracterizan por la ausencia de plan real”. Enseguida nos acude a la mente la semejanza con nuestro país.
Aquí, como allá, las autotituladas revoluciones no han ocurrido por gestarse dentro de la misma sociedad sino por grupos armados, profesionales en el uso de la fuerza. Es por eso, que lo ocurrido en la URRS, en Cuba y Venezuela se asemejan tanto. Dicha semejanza no es una mera coincidencia. Todo se repite de la misma manera ¿Dónde se encuentra la ética socialista?

Aquí Opinan. Tal Cual.
Jueves 23 de Mayo de 2013. Pag. 17.

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