Política
EL GATO DE SCHRÖDINGER Y LA INCERTIDUMBRE ACTUAL
AL COMPÁS DE LA CIENCIA
GIOCONDA SAN BLAS
gioconda.sanblas@gmail.com
La paradoja del gato de Schrödinger, basada en la mecánica cuántica, nos indica que bajo ciertas condiciones, un gato encerrado en una caja está vivo y muerto al mismo tiempo. Sólo la observación define el estado del gato, por lo que hay que abrir la caja para saber si efectivamente está vivo o muerto y así acabar con la incertidumbre.
¿Seremos gatos en la caja de la incertidumbre? Hay un presidente ausente que no es declarado tal; un vicepresidente que dice no ser presidente encargado, a pesar de verse rodeado del alto mando militar cual comandante en jefe de la Fuerza Armada; ésta declarándose socialista, revolucionaria y antiimperialista, cuando la Constitución le prohíbe militancia política; un Tribunal Supremo de Justicia que abjura del principio de separación de poderes y sentencia que la fecha constitucional del 10 de enero para la juramentación presidencial se puede ajustar a conveniencia del Ejecutivo; un presidente de la Asamblea Nacional que según la Constitución debería ser presidente de la República mientras dura la ausencia/no ausencia del Presidente electo, y forzado a no serlo para resolver tensiones en el partido de gobierno.
La incertidumbre aumenta: ¿el período constitucional 2007-2013 terminó? ¿Comienza el período 20132019? ¿Continúa inconstitucionalmente el período anterior? El Presidente en funciones ¿sigue siéndolo aunque no lo hemos visto en más de un mes? Hay un Presidente electo el 7 de octubre, que no está gobernando aunque dicen que sí lo está. ¿Hay una supuesta “continuidad administrativa” o estamos en realidad en presencia de un golpe de Estado “seco”? Está enfermo pero es superfluo conformar una junta médica venezolana que avale esa condición. Excusa su comparecencia el 10-E en carta firmada por el vicepresidente, no por él. Y hay un “presidente” de facto, por tiempo indefinido. ¿Hasta cuándo ejercerá un poder que no emanó del pueblo? ¿2013, 2019, más allá? En vez de juramentación formal del Presidente electo en la Asamblea Nacional, vemos un insólito ritual de “juramentación” masiva en su ausencia, aquelarre apadrinado por unos pocos presidentes latinoamericanos alcahuetes, en el que se proclama como “primer mandatario nacional” a todos quienes asisten. A falta de presidente constitucional, una turba “presidencial” estridente.
¿La Constitución de 1999 (la mejor del mundo, decían ellos) se ajusta a capricho de facciones? ¿O es la norma suprema por la que toda una sociedad acordó regirse? ¿Somos un país soberano? ¿O por el contrario, nuestro destino como país está regido desde afuera? ¿El Presidente electo/en funciones/de permiso médico (qué incertidumbre, ¿cómo llamarlo?) está de rehén en la isla, como un isleño más? Schrödinger nos dice que hay que abrir la caja para saber el estado del gato y acabar con la incertidumbre.
Jueves 17 de Enero de 2013 | Pag 7
TalCual