Fracaso de los Soviets
HÉCTOR SILVA MICHELENA
Los obreros en las fábricas elegían a sus diputados al Soviet (Comunas). Estos debían dar cuenta de su gestión a sus electores y era cosa corriente que el diputado que no cumpliera a satisfacción sus funciones; fuera destituido y sustituido por otro. Al estudiar las estructuras de los Soviets, casi todos ellos contaban con un Comité Ejecutivo para el trabajo corriente; pero todas las cuestiones importantes eran ampliamente discutidas en las sesiones plenarias. Los Soviets era una organización de base y funcionamiento interior democrático. Recelaban de los mecanismos propios de la democracia liberal.
Dice García Larralde que “la aparición de los Soviets tomó por sorpresa a los partidos revolucionarios, para quienes la conquista del poder se identificaba con el acceso al control monopólico de los instrumentos de violencia del Estado por parte de la vanguardia partidista.
Así, el poder popular con sus formas autónomas de autogobierno entraba en contradicción con la ideología de los movimientos marxistas que invocaban la necesidad de la dictadura inmediata del proletariado”. Lenin, con su consigna “todo el poder a los Soviets” pareció comprender una vía para superar la contradicción. Pero, una vez conquistados los altos mandos del Estado, las circunstancias del comunismo de guerra llevaron a lo bolcheviques a monopolizar de manera excluyente y centralizada el poder y aplicar el ejercicio despiadado de la violencia para conservarlo, en nombre de los fines históricos que ellos decían encarnar. Cuando se revelaron los marinos de Kronstadt, en 1921, agrupados en un Soviet, contra del dominio bolchevique, la dictadura del Partido no dudó en aplastarlos, poniendo fin a toda ilusión de poder popular real.
En la práctica, los Soviets devinieron en administradores de las decisiones políticas tomadas por la cúpula bolchevique, y, posteriormente, por Stalin, pereciendo como espacios para la acción participativa de los ciudadanos.
En cuanto a la Leyes Comunales, todos saben que no son el resultado de la iniciativa del movimiento comunitario, no es una creación colectiva emergida de un debate nacional, son la imposición de un Chávez opresor, quien a través del Partido y de sus palancas financieras pretende establecer mas bien una suerte de Estado corporativo nazi-fascista.
Imponerlas a rajatabla irrespeta la voluntad nacional, y concebirlas como herramientas de un Estado de un sistema socialista frena la participación popular y es excluyente.
Aunque lo niegue la Ministra de Comunas y Protección Social, estas instancias son un fraude a la Constitución y atentan contra el voto directo y secreto, sustituido por asambleas inducidas.
Destruyen mediante los “distintos motores de desarrollo” con autoridades únicas nombradas por Chávez, el Estado Federativo y de ordenación del territorio.
Es la demolición de la República y la abolición de la Soberanía popular.
Aquí Opinan
Lunes 10 de Diciembre de 2012 | Pag. 22
TalCual