Desenfreno vulgar
05:10 am 09-Ago de 2012|El Nacional
El Presidente afirmó que su gobierno “tiene pruebas de que Capriles perteneció a una organización fascista que aglomera familias adineradas y que los inducía al neonazismo”
Presidente Hugo Chávez en Mercosur | AFP
A comienzos de esta semana, en una de sus escasas giras electorales al interior del país, el Presidente se refirió al candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski, como un antiguo miembro de una banda neonazi que operaba en Caracas y estaba integrada por jóvenes pertenecientes a las familias pudientes de la capital.
De acuerdo con el reporte enviado por la agencia AFP, el mandatario afirmó que su gobierno “tiene pruebas de que Capriles perteneció a una organización fascista que aglomera familias adineradas y que los inducía al neonazismo”. Una aseveración como esta enciende las alarmas no sólo entre los venezolanos demócratas, sino también en el aparato gubernamental pues constituye un peligroso desvarío, una burda mentira y una muestra de que para el Presidente ya no existen límites ni freno alguno en lo ético ni en lo político para mantenerse en el poder.
Según el despacho que citamos, el jefe del Estado fue más allá y reiteró que “el candidato de la derecha formó parte de aquella organización fascista llamada Tradición, Familia y Propiedad, gente muy rica que le rapaban el coco (la cabeza) a los jóvenes y los inducían por caminos extraños… neonazis, violentos, fascistas”. Todo esto da muy mala espina porque no lo está diciendo un dirigente cualquiera del PSUV sino, precisamente, el hombre que es cabeza, cuerpo y alma de la supuesta revolución bolivariana.
¿En mano de quién está el país? ¿De un político consumado o de un embustero redomado? Ya en Estados Unidos con Richard Nixon se vivió la experiencia de un Presidente que no sólo les mentía sin remordimiento a los ciudadanos, sino que además sufría la paranoia constante de que los comunistas habían penetrado y manejaban a la sombra decenas de conspiraciones contra su gobierno.
Preocupa en extremo que un gobierno que mantiene vigilado y bajo control a centenares de ciudadanos, que interviene teléfonos, revisa los correos electrónicos y hackea a sus opositores con la presunta ayuda de los servicios secretos cubanos, no sepa quién es en verdad el candidato de los sectores democráticos, de dónde viene su familia y cuál ha sido su trayectoria de exilio y persecuciones.
Cualquier persona medianamente informada, sin necesidad de agentes cubanos, sabe que en Venezuela y Curazao el apellido Capriles tiene hondas raíces judías. Por la parte materna, lo atan estrechos vínculos con familias judías polacas. Que el Presidente desconozca este hecho muestra una de dos cosas: o una profunda ignorancia sobre la historia de Venezuela, o una mala fe manifiesta al tratar de engañar a los ciudadanos con una mentira del tamaño de una montaña.
Henrique Capriles Radonski, por su parte, le exigió al mandatario un “debate de altura y de respeto, no a mi persona sino a mis bisabuelos, que están enterrados en alguna parte del mundo y que fueron asesinados por los nazis. Le recuerdo que mi abuela fue una sobreviviente del Holocausto“.
Nota : Capriles tendría 10 años cuando se disolvió la organización TFP. La ignorancia, la mala intención y la capacidad de mentir del Presidente no tiene límite.