Chávez sacó lo peor del venezolano
Elides J. Rojas. El Universal.Sobre la marcha.29.04.2012
02:04 PM
Más claro no canta un gallo. Más claro que el agua. Clarete. Ni que le apaguen la luz. Se nota de lejos. Imposible disimularlo. Hay tres cosas, mínimo, que no puedes esconder: los reales, la gripe y el embarazo. Impepinable. De cajón. Colón descubrió América. La mentira tiene las patas cortas.
Sobran los dichos para establecer la condición actual del gobierno chavista en materia de cobas, mentiras y manipulaciones. Hoy más que nunca, hasta para quienes no lo quieren ver, la condición de forajidos, malandros y manipuladores de la fuerza golpista que maneja al país está expuesta, inocultable y a la vista de todo el mundo.
Son tantas y tan variada señales. Son tantas y tan variadas pruebas. Son tantas y tan variadas estacas clavadas en el camino que es más difícil pensar que es el imperio o la oposición. El chavismo, los líderes del chavismo, hoy más que nunca están al descubierto. Nunca existió socialismo ni siquiera comunismo. Esto es una gran estafa. Chávez y su gente idearon, con la muy interesada ayuda de los cubanos, todo un sistema, un discurso, un esquema de gobierno que les ha permitido apoderarse no solamente de las instituciones y el dinero del país. También lograron sacar a flote lo peor de muchos compatriotas.
Hasta el ascenso de Chávez al poder había una especie de mito sobre la integridad de los venezolanos en todo el mundo. Un mito que además era creído y formaba parte del espíritu de todos: era la tierra de los libertadores. Tierra de gente brava, valiente y dura. Gente íntegra. Incapaz de venderse o de dedicarse al más lamentable ajetreo de lamer botas desde la mañana hasta la noche y si el amo lo pide de madrugada también. Gente no manipulable. Jalamecate sí, pues lo ha sido toda la vida y hasta libros se han escrito. Gómez no murió de viejo ni de cáncer. Gómez muere porque a sus escrotos los atropelló un carro.
Ese mito establecía cosas que ahora vemos a diario, pero en contrario. Nadie podía imaginarse que un buen número de empresarios, periodistas, editores, intelectuales, ingenieros, profesionales y hasta filósofos pudieran poner en venta sus talentos e influencias a un bodrio como el chavismo. Pero lo hicieron. Y lo hacen. Nadie podía imaginarse que hasta encuestadores de prestigio dejaran los pantalones en medio de la calle al menor llamado de Miraflores. Nadie podía imaginarse que existieran tipos como Eladio Aponte Aponte, militares, profesionales y magistrados de altísimas cortes. Chavistas corruptos y destructores de vidas. Nadie podía imaginarse que existieran venezolanos como Danilo Anderson capaces de disfrazarse de auxiliares de justicia, de socialistas y de hombres de bien, para sacarle la plata de los bolsillos a otros a cambio de perdón e inacción del aparato opresor del que formaba parte.
Pero sí. Ahora se sabe lo que se sabe. El chavismo logró sacar lo peor de los venezolanos. Lo cultivó, lo modeló, le puso plata en los hocicos, le colocó la silla y los montó. Ahora se sabe. Esta no es la mejor Venezuela. Y aunque pensamos que esto va a terminar pronto, lo malo está ahí. Ya se sabe cuán arrastrado y desalmado se puede llegar a ser. Y, lo más grave, es que no se sabe todo todavía.
Vendrán tiempos mejores. Mejores en todo.
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