Petrofinanzas | 12/12/2011
Proyectos imposibles
Pdvsa no puede asumir la tarea que se propuso hace 11 años. Hay un déficit de 1.500 millones de pies cúbicos de gas. El plan de la industrialización del gas requiere una inversión de 10.000 millones de dólares y Pdvsa no los tiene
JOSÉ SUÁREZ NÚÑEZ . Tal Cual.
Hace once años, cuando asumió el poder, el Gobierno tenía como bandera la apertura del gas, y creó los instrumentos para hacerlo: aprobar la ley, el reglamento y fundar Enagas, pero el intento se quedó en la mesa de trabajo de los proyectistas.
La situación actual es que tendrá que aumentar la producción de diesel, o importarlo, porque utiliza ese derivado del petróleo tan caro como la gasolina para combustible de las plantas eléctricas, tiene un déficit de gas de 1.500 millones de pies cúbicos diarios, y como contraste bota cada día a la atmósfera por los mechurrios 600 millones de pies cúbicos de gas, porque están en malas condiciones los sistemas de transmisión y compresión, por falta de mantenimiento.
En una entrevista con el ingeniero petrolero Arévalo Guzmán Reyes, ex director de Pdvsa, dijo que la industrialización del gas en Venezuela era lo primero que debía ejecutarse porque no existía, y así lo hizo la actual administración en el 2000 con su correspondiente reglamento y fundó Enagas. Han pasado 11 años y sigue siendo un proyecto.
Dijo que hay varios problemas en el gas. Al caer la producción de petróleo en 1 millón de barriles diarios, aproximadamente, origina un déficit de 2.000 millones de pies cúbicos diarios de gas. Influye también el pobre mantenimiento actual y con la mala administración de los sistemas de transmisión y compresión, que han creado un déficit crónico.
En el pasado, disposiciones del Ministerio de Minas e Hidrocarburos prohibían botar a la atmósfera más del 3% del gas extraído de la producción petrolera. Ahora se expulsa a la atmósfera del 10% al 15% del gas producido. Eso no incluye el gas de las empresas de la Faja del Orinoco.
El plan de inversiones para aumentar la producción actual a 11 millardos de cúbicos está basado en los siguientes proyectos. En la plataforma deltana, con una inversión de 3.800 millones de dólares, se producirían 1.500 millones de pies cúbicos con destino al mercado interno.
El proyecto Mariscal Sucre, antiguo Cristóbal Colón, requiere una inversión de 2.700 millones de dólares, para aportar 1.200 millones de pies cúbicos al mercado nacional.
Otro proyecto, que requiere una inversión de 2.400 millones de dólares, sería destinado al desarrollo del proyecto Anaco, que con la conexión del ICO (tuberías desde Morón hasta la refinería Amuay) exige una inversión pendiente de 530 millones de dólares.
La gasificación del gas en ciudades y pueblos del país, que cubre un área de población de 2.6 millones de familias, necesita una inversión de 2.400 millones de dólares, pero también en un proyecto que tiene un atraso de 11 años.
Expresado en grandes números, el plan nacional de gas requiere una inversión total de 10.000 millones de dólares. La conclusión de tantos proyectos dispersos e inconclusos se debe a que no hay recursos económicos, y el gobierno, a falta de dinero, hace con frecuencia por la vía mediática un “replay” de los proyectos sin iniciarse, o inconclusos.
Arévalo advierte que además de la falta de dinero no se hace mantenimiento, que es la regla de oro del negocio petrolero. Los 5.500 kilómetros de oleoductos y gasoductos de tuberías de 26 a 36 pulgadas de diámetro, están bombeando volúmenes de gas a 500 y 600 libras de presión, en lugar de 1.000 libras que le corresponden porque las tuberías no resistirían la presión original, y ese es un peligro invisible, que puede aparecer en cualquier momento.
Los proyectos están estancados, porque el Gobierno paga 1 dólar para entregar 1 millón de BTU.
Arévalo dice que uno de los pecados originales, para expresarlo de alguna manera, es haber abandonado la exploración y producción en las cuencas tradicionales. La producción petrolera ha caído aproximadamente en 1 millón de barriles diarios, y como consecuencia faltan 2 millones de pies cúbicos de gas asociado del petróleo. Como referencia adicional, no permite sacar los líquidos del gas (propano, butano, gasolina natural y olefinas), que tiene un alto valor comercial.
Estos proyectos de gas “libre” seguirán demorados a perpetuidad si no se modifican las condiciones. El gobierno paga 1 dólar por el millón de BTU y bajo esas condiciones no es negocio para las compañías, con un precio en el mercado de 4 dólares el millón de BTU. Tendrá que subir a 7 u 8 dólares para que sea negocio para los inversionistas extranjeros.
Un gobierno responsable habría desarrollado los 20.000 pozos que están abandonados, donde hay gas más rico que el de “costa afuera”, además de ofrecer un importante número de miles de empleos en todo el país