Miserias del leninismo
EDUARDO VÁSQUEZ
El leninismo fue la castración del pensamiento marxista. Impuso la creencia, como dogma, de que la única interpretación correcta y aceptable, era la elaborada por Lenin. Desde el triunfo bolchevique en 1917, los soviéticos trataron de imponer sus teorías y sus políticas a los partidos socialistas. En 1920 se realizó en Tours (Francia) un importante congreso de los socialistas. En él se decidirá la subordinación o la independencia respecto de los comunistas rusos. La III Internacional envía a los socialistas extranjeros un texto que se ha hecho célebre en el que se establecen las condiciones de adhesión, por una parte impone las reglas de funcionamiento de los partidos adherentes que se harán comunistas, y por otra, impone el total respeto a esas condiciones y, de no aceptarlas, el que no lo haga será inadmisible. En pleno congreso, llega un telegrama de Zinoviev en el que se exige la expulsión de Jean Longuet, centrista, casado con Jenny, una de las hijas de Marx. Será inevitable decidirse; subordinación o no. Los que rechazan esa subordinación son una minoría. Quieren continuar el viejo partido socialista de la preguerra del 14. Uno de los jefes de ese grupo es Leon Blum, quien pronuncia un brillante discurso, en el que analiza porqué los países industrializados no pueden someterse a las decisiones de un partido de un país poco industrializado: el socialismo bolchevique es completamente inadaptado a los países desarrollados y también que la dictadura de un partido centralizado en el que toda la autoridad sube de piso en piso, no podría ser la expresión de una dictadura del proletariado. Ese análisis no sólo era propio de Blum, también era el de Kautsky, maestro de Lenin y estimado como el marxista de más solidez en Europa.
En muchas decisiones los socialistas no se sometieron a las líneas políticas de Moscú. Esta escisión fue considerada por Lenin como una traición. El primer objetivo de Lenin fue considerar al partido socialista como el peor enemigo de la clase obrera. En la Alemania del ascenso de Hitler, los comunistas perseguían y actuaban con más fuerza contra los socialistas que contra los nazis. Es posible que la unidad entre comunistas y socialistas no hubiera impedido la victoria de Hitler, pero la guerra que llevaron entre ellos la facilitó bastante. En 1932, en Francia, los comunistas saludan a los socialistas con fórmulas como las siguientes: “Señores jefes social-fascistas”, “los canallas burgueses y social-fascistas”. En 1934, la posición de los soviéticos cambia. Quieren hacer un frente único, el Frente Popular, para enfrentar al fascismo. Se utilizan menos los calificativos denigrantes, pero permanece la actitud condenatoria respecto a ellos. Combatieron más implacablemente a los socialistas que a los nazis.
La política de los comunistas ha sido funesta para las izquierdas. El rechazo a los derechos humanos universales les ha dado una cara semejante a la de los nazis.
En Venezuela, muchos simpatizantes de la izquierda se alejan de ese socialismo del siglo XXI desconocedor de todo derecho, que convierte a los seres humanos en amasijos de carne y hueso despojados de lo que los convertía en seres humanos.
Para desprestigiar a ese socialismo XXI ha contado menos la fuerza de la oposición que la de esos mismos socialistas XXI.
Tal Cual. 22/12/2011. Aquí opinan, pag. 17.