Los obreros de la expropiada Cerámicas Carabobo, ahora llamada Refractarios CVG, decidieron arrancar las actividades en la planta por sí mismos, luego de esperar por una respuesta del Gobierno venezolano para la activación de la fábrica, la cual nunca llegó.
Desde el 15 de mayo de 2008, cuando el presidente Chávez ordenó su expropiación, la otrora productiva fábrica de ladrillos refractarios para la industria pesada, actualmente filial de la Corporación Venezolana de Guayana, estuvo paralizada.
Los 130 trabajadores de la nómina decidieron ponerla en marcha este jueves (14 de julio) porque aseguraron que de no tomar esta medida la planta se irá a la quiebra.
Fotos: Lorena Cañas
“Sabemos que ponemos en riesgo nuestra salud y nuestras vidas, incluso al no contar con los implementos de seguridad necesarios para trabajar en una fábrica de este tipo, pero no tenemos otra opción frente a la indolencia de la vicepresidente de la CVG”, aseguró Pedro Rojas, trabajador de Refractarios CVG.
“Aquí tenemos que hacer una recolecta los viernes de cada semana para comprar guantes, botas, mascarillas y los repuestos de cada maquinaria, de nuestros sueldos“, señaló Alexis Gómez, delegado de prevención de la planta.
Inés Gómez, enfermera del Departamento de Servicios Médicos, denunció: “Si en estos momentos le ocurre un accidente a un trabajador, no contamos con la atención adecuada ni siquiera de primeros auxilios, ni la ambulancia para trasladar una emergencia sirve”.
Hoy los trabajadores activaron 2 presas (maquinarias donde se elaboran los ladrillos refractarios). De las 6 que están operativas, las otras 4 presas están paradas por falta de repuestos.
En total son 10 presas las que estaban operativas antes de ser expropiada Cerámicas Carabobo. Su capacidad instalada al año superaba las 30 mil toneladas de material refractario que abastecía a las empresas básicas.