Acabar con la industria automotriz
A finales de 2007 comenzó el ataque frontal contra la industria automotriz venezolana, parte del plan comunista para acabar con la producción nacional y arruinar al país. La planta General Motors fue paralizada por el “Sindicato de Vencedores Socialistas”
– Ernesto García Mac Gregor
A finales de 2007 comenzó el ataque frontal contra la industria automotriz venezolana, parte del plan comunista para acabar con la producción nacional y arruinar al país. La planta General Motors fue paralizada por el “Sindicato de Vencedores Socialistas”. La empresa Vivex, el principal fabricante de vidrio para carros, fue tomada durante tres años por el sindicato rojo hasta que el mes pasado se ordenó la adquisición forzosa. Habían intentado importar vidrios del exterior pero no le dieron licencia para hacerlo. Similares asaltos sufrieron Autopartes Johnson Controles, fabricantes de asientos, y OCI, fabricante de chasis.
En diciembre de 2008, Toyota paralizó su producción. Los fabricantes de Hyundai, Mitsubishi y Fuso redujeron su manufactura a la mitad. En 2008 se habían vendido casi 200 mil carros menos que en 2007. La importación de vehículos subió un 87,7 por ciento, mientras que la fabricación nacional y exportación bajó 14,5 por ciento y 85,1 por ciento, respectivamente.
En mayo 2009, el innombrable firmó dos acuerdos con Argentina para importar 20 mil unidades; en agosto, la ensambladora Mitsubishi cerró su planta acosada por la agresividad, sabotaje e intimidación de un grupo de trabajadores chavistas.
En 2010, el que te conté, como arma de clientelismo político, les negó divisas y licencias de importación a los fabricantes locales y así el Gobierno se convirtióen el principal importador de automóviles, en detrimento de una de las más importantes industrias del país y de los once mil trabajadores que laboran en ella. “No me importa que caiga la producción de vehículos”, exclamó el omnipotente. En 2011 se firmaron convenios con Ecuador para importar 14 mil vehículos, con Uruguay mil 200, con Brasil mil, más los dos mil 250 comprados a Rusia el año pasado. Todo esto en el marco de la celebración del glorioso Bicentenario de la Independencia. Que oiga quien tiene oídos…