Habemus PEI
Jaime Requena
Martes, 21 de junio de 2011
Hace unos días, el ONCTI publicó la lista de los “pre” seleccionados al Programa de Estímulo a la Investigación (o PEI). De los 13.376 que estaban tratando de inscribirse hace dos meses, sólo lo hicieron 6.472. La edad promedio de la primera cohorte es 43 años y un 58% de sus integrantes son mujeres. Los zulianos liderizan la membresía, con el 20% (unos 1.256 personas). Los siguen la Universidad de Los Andes con 17% y la Central con 13% de los seleccionados.
Aunque estas tres casas de estudios superiores acumulan la mitad del talento científico del país, buena parte de la otra mitad se encuentra distribuido en las otras 7 grandes universidades del país cada una de ellas con un nivel de participación en el PEI de un 4% o 5%. En cuanto a las universidades Bolivariana y UNEFA se registran 44 inscritos en el PAI. Aún así, las diez principales universidades del país siguen siendo el blanco favorito de la inquina gubernamental, a la hora de recortarles el presupuesto de investigación y desarrollo científico o humanístico. Biólogos y médicos, junto a los agrónomos y veterinarios, suman la mitad de la membresía del PEI.
Mientras que los investigadores sociales y humanísticos alcanzan a un tercio del total, los que se dedican a la física, química o matemáticas, a duras penas llegan al 12%. Con respecto a los `tecnólogos’ ahora rebautizados innovadores, suman unas cuatro centenas de aspirantes. El Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas registró 230 y el moribundo Intevep de Pdvsa encargado de investigar en Energía y Petróleo una heroica media docena.
Un 49% de quienes están ingresando al PEI, habían antes entrado en contacto con el fenecido PPI. Visto que de ese grupo unos 507 profesionales (6%) no lograron nunca ingresar al PPI, ellos, ahora reciclados y junto a 2.296 nuevas caras, se constituyen, oficialmente, en el capital intelectual venezolano para inventar y crear, eso que nos deberá hacer valer más allá de nuestras fronteras.
Hay dos maneras de leer los numeritos. Para el Gobierno representan un descomunal fracaso de su intento por substituir al PPI; Miraflores aspiraba a tener el doble de científicos que hallaron. Para quienes no les place el PEI, la mitad de la audiencia que les gustaría tener los miembros del PPI terminaron comprando el Programa, a pesar de la desconfianza que inspira.
Ciertamente, el PEI ha generado preocupación por múltiples razones. La última, sus Comisiones Evaluadoras. En ellas no están los que conocen de investigación y desarrollo, no pinta para nada la provincia y están saturadas de activistas del partido de gobierno. En efecto, de todos los miembros de las Comisiones Evaluadoras, apenas uno alcanzó la alta jerarquía del PPI y un 80% de sus integrantes trabajan para la UCV. En las Comisiones brillan por su ausencia calificados profesores de otras universidades del país, como de LUZ, ULA, USB o UDO, mientras que fulguran hasta chocarreros de Venezolana de Televisión.