Agropatria limita venta de insumos y financiamiento a los productores
El antiguo consorcio isleño satisfacía 98% de la demanda de semillas e insecticidas, ahora cubre 35%
Agroisleña, ahora denominada Agropatria | Tibisay Romero
Los productores agropecuarios están acostumbrados a madrugar. La jornada de siembra y cosecha comienza muy temprano, pero el 4 de octubre de 2010 la motivación fue otra.
Protestar en contra de la expropiación de Agroisleña, empresa venezolana-española que tenía 52 años de trayectoria en el país. Temían que con la medida se decretara la quiebra de la agricultura.
Un día después, el presidente Hugo Chávez respondió: “Yo decreté la expropiación de Agroisleña. Ya está bueno. Ellos siguen especulando con la semilla, los fertilizantes. Yo les di chance. ¡Ah!, ¿Qué están protestando? Bueno que protesten, está bien. Tienen todo el derecho, pero están expropiados”.
A nueve meses del anuncio a los agricultores les quedó claro que sus temores iniciales no eran infundados. Agroileña, ahora Agropatria, no presta, no vende, no compra y tampoco brinda asesoría. Antes, el antiguo consorcio isleño financiaba de manera directa a más de 20.000 productores, 75% era pequeños y medianos trabajadores del campo dedicados a la siembra de maíz, arroz, sorgo y girasol. La empresa les suministraba créditos, insumos, asistencia técnica gratuita y recibía la cosecha en sus silos.
Gerson Pabón, director de Hortalizas de Fedeagro, afirmó que la desaparición de Agroisleña ha afectado significativamente la actividad agrícola del país. Recordó que esta compañía satisfacía 98% de las necesidades del sector en lo referente a semillas, fertilizantes e insecticidas, entre otros insumos; pero que la socialista Agropatria no cubre ni 35% de la demanda. “Ahora contamos con muy pocos productos agrícolas, por eso las lluvias han sido tan devastadoras”.
Entre los ofrecimientos oficiales figuraba que Agropatria despacharía directamente a los productores, “pero eso no se cumple”, agregó.
“Con frecuencia vemos que esos artículos se venden en otros establecimientos (intermediarios) o en la frontera. En esos lugares se encarecen los insumos“, aseguró Pabón, cuya finca está en Táchira.
En promesas. Los pequeños y medianos productores agropecuarios del estado Lara también se quejan por la falta de insumos para la siembra. En Quíbor, donde se produce más de 60% de la cebolla que se consume en el país, Agroisleña se caracterizó por brindar asistencia técnica a los trabajadores del campo, otorgar créditos para la siembra y entregar productos agroquímicos y semillas.
“Desde que Agroisleña pasó a manos de Gobierno decayó mucho la atención al productor, no hay programas de asesoría, no se consiguen con facilidad las semillas ni el abono, y cuando hay lo venden en cantidades limitadas. Esto ha generado que tengamos menos producción y, por supuesto, menos ventas”, afirmó el agricultor Ramón Urquiola, que tiene su finca en Quíbor.
Señaló que los anuncios gubernamentales de mejorar las condiciones para los sembradores de Quíbor, luego de la expropiación, quedaron en promesa. “En vez de mejorar, la situación empeoró. Así no se puede trabajar ni garantizar alimentos a la población“, expresó.
En Aragua varios productores se han retirado porque la venta de insumos y de semillas en Agropatria está limitada a pequeñas cantidades y, además, tienen que presentar una serie de documentos, entre los que debe encontrarse una carta que certifique el oficio que desempeñan.
Los productores, ex clientes del consorcio, que han pretendido inscribirse en la Misión Agro Venezuela han sido rechazados. Jorge Díaz intentó registrarse en esta misión, pero no fue aceptado, lo que le impide tener acceso a otras fuentes de financiamiento del Gobierno. Los que lograron anotarse deben arrimar sus cosechas a los silos que administra el Estado.
En esta entidad, además, funciona la oficina administrativa principal y cinco de las filiales. La planta de producción de fertilizantes e insecticidas, situada en La Victoria, está prácticamente paralizada. Los trabajadores que permanecen en Inica, filial de Agroisleña, acuden a cumplir horario porque no hay materia prima para fabricar productos.
Un ex empleado de la planta que prefirió no identificarse porque aún no le han pagado las prestaciones dijo que la entonces empresa españolavenezolana distribuía 600.000 litros anuales de fertilizantes para la cosecha de maíz y que otros 200.000 eran exportados a Centroamérica. “Todo está parado, al punto de que la siembra de maíz programada para abril pasado no pudo emprenderse por falta de semillas”.