Cobra la transnacional y no pagan a sidoristas
La “revolución” le pagó 1.900 millones de dólares a la transnacional Techint por el 60% accionario.Sin embargo, lleva dos años sin a pagar a los 15 mil ex trabajadores accionistas B el valor de sus acciones
DAMIÁN PRAT C
Guayana
Sidor es el mejor ejemplo del proceso de aniquilación de empresas del Estado
Tal día como ayer, pero hace dos años, el gobierno nacional firmó con la transnacional argentina Techint el convenio para cancelarle el valor de su 60% accionario en Sidor por 1.970 millones de dólares más intereses y le dio el cheque de la primera cuota parte por 400 millones de dólares.
Sin embargo, los propietarios de otro 20% de acciones (derecho derivado de la privatización de 1997) no han tenido el mismo trato por parte del gobierno “revolucionario”, a pesar o quizás debido a ello de ser venezolanos, además de ex trabajadores y trabajadores activos de la siderúrgica.
Dos años después, la transnacional ha cobrado cerca de 1.900 millones de dólares (que incluyen $170 millones en intereses) y sólo les falta por cobrar parte de la última cuota que fue renegociada en tres pequeñas partes hace dos meses. Mientras, a las 15 mil familias de ex sidoristas y trabajadores activos no les han reconocido nada.
El valor patrimonial de Sidor se ha desmoronado drásticamente en medio del “estatismo salvaje”, la mala administración y las políticas de abandono de la productividad, de las inversiones y el mantenimiento. “Este es un trato discriminatorio contra los trabajadores venezolanos muchos de los cuales dimos toda nuestra vida productiva en ella y teníamos un lote acciones de Sidor que pagamos al valor de su momento entre 2003 y 2007, como un patrimonio familiar y como una inversión para vivir mejor en la vejez, para heredar a nuestros hijos y nietos”, dice Pedro Acuña un ingeniero que estuvo 25 años al servicio de la antigua Sidor estatal y quien fue electo como director principal de Sidor por el voto de los accionistas B, justo antes de la estatización.
Cada trimestre, entre los años 2005 y 2007 mientras la manejaba Ternium, los 15 mil accionistas B de Sidor recibieron beneficios en forma de “excedentes de caja” promedio de 25 y 30 millones de bolívares semestrales cada uno, para un total global de 800 millones de dólares.
ESTATIZACIÓN Y CAÍDA DE SIDOR
El Estado venezolano obtuvo beneficios por más de mil millones de dólares para el Fonden y más de 800 millones de dólares para la CVG, junto con importantes impuestos para la Alcaldía del municipio Caroní.
A partir de la estatización, tanto la producción de la empresa como sus ganancias se vinieron al suelo.
En 2009 y 2010 Sidor cerró su contabilidad con cuantiosas pérdidas y una caída de producción de 30% y 70% respectivamente.
En 2007, último año en que Sidor fue manejada por Ternium, la empresa produjo 4.3 millones de toneladas de acero líquido y 371 mil toneladas de cabillas. Ya en 2009, bajo administración plena del gobierno dizque socialista, la producción total de acero cayó a 3.1 millones de toneladas y la de cabillas a 343 mil, mientras en 2010 se profundizó el desastre ya que la producción general de la siderúrgica se desplomó 70%, llegando apenas a 1.8 millones de toneladas de acero, el total más bajo de los últimos 32 años y dejó de producir 11 millones y medio de cabillas comparado con 2007 pues cayó a 262 mil toneladas.
Nunca más hubo beneficios para las 15 mil familias venezolanas accionistas pero el gobierno, que cambió de motu proprio la misión productiva de Sidor, se ha negado a dar a esos propietarios el dinero de sus acciones en las mismas condiciones de trato que a la transnacional. Privilegios para los poderosos extranjeros y discriminación para el trabajador venezolano. Todo en nombre del “socialismo” y de “hacer patria”. Desde hace al menos un año más de 6 mil trabajadores accionistas han firmado una carta exigiendo el pago de sus acciones para impedir que el desplome del valor patrimonial de Sidor los afecte, es decir, para que les paguen al valor de 2008 más los intereses.
El Mibam ha negociado con el grupo liderado por Acuña pero dando interminables largas al asunto, siempre poniendo excusas y dejando abiertas las esperanzas pero sin concretar nada. Han cambiado a los negociadores, quizás para dar nuevos márgenes de expectativa y espera, colocando siempre nuevas excusas.