Editorial
En toda sociedad democrática el Presupuesto Nacional es un instrumento de fácil acceso en sus fases de formulación preliminar, e incluso en algunos paises, es producto de una discusión minuciosa entre los diversos sectores. Este año, a diferencia de todos los anteriores, no fue posible tener acceso al anteproyecto de Ley de Presupuesto sino hasta después de que el mismo fue presentado por el Ministro de Planificación y Finanzas a la AN, el pasado 21 de octubre.
Y como era de esperarse, el contenido es alarmante. En primer lugar, las premisas utilizadas para calcular los ingresos: una subestimación significativa del precio del barril de petroleo (colocandolo a 40$ en lugar de los mas de 70$ en que se encuentra). Esto tiene un efecto directo en el monto a transferir a la Gobernaciones y Alcaldías por via del Situado Constitucional, equivalente a 20% del presupuesto. En segundo lugar, se establece un volumen de producción de petróleo de 3.176.000 barriles diarios, casi un millón más de lo que las agencias internacionales estiman. Entonces, una de dos: o el Gobierno Nacional le está arrebatando la mitad de lo que la Constitución les otorga o nos están mintiendo descaradamente en cuanto a la producción de PDVSA. La respuesta mas probable es : las dos. No estamos produciendo mas de 2,3 millones de barriles diarios y aún con ese volumen se le están arrebatando unos 5.000 millones de dólares anuales al situado.
El efecto de esta práctica es perverso y anticonstitucional: menos plata para las Gobernaciones y Alcaldías y más para los “fondos parafiscales” que no están sujetos a ningún “control”, así sea el oficioso que lleva a cabo la actual Asamblea Nacional. Los estimados de los recursos de TODOS los venezolanos que desde el año 2005 al 2010 han ido al FONDEN por transferencias ILEGALES del BCV y de PDVSA están por encima de 63.000 millones de dólares; para tener una idea, esto corresponde a unas 5 veces el producto interno bruto anual (PIB) de Honduras.
El otro elemento alarmante en la naturaleza de los ingresos es el incremento sostenido en el endeudamiento del país. Para el 2011 la nueva deuda contemplada en la Ley de Endeudamiento presentada por el Ministro Giordani es de 52,1 millardos de BsF. Esto ocurre en un contexto de bonanza petrolera y para ser invertida en gastos corrientes, NO en inversiones. Simplemente, estamos hipotecando al país. Y el resultado ya lo empezamos a ver en el mismo presupuesto: el servicio de la deuda (los pagos que anualmente debemos hacer en intereses y amortización) se incrementan de 16,8 millardos en 2010 a 25 millardos de BsF en el 2011, lo que corresponde a un 12,2% del presupuesto total y 2,3% del PIB.
El Ministro Giordani señaló con satisfacción que se había logrado reducir el porcentaje de los ingresos petroleros sobre los ingresos totales… lástima que este resultado no sea consecuencia de una economía en crecimiento, vigorosa y diversificada; sino de una menor producción petrolera y de un aumento en las deudas del país.
El presupuesto de 2011 refleja claramente la Venezuela que este Gobierno aspira: una sociedad dependiente del Estado, centralizada, con Gobernaciones y Alcaldías disminuidas o desaparecidas, con un sector privado marginal. Las expropiaciones y apropiaciones de empresas privadas y bienes particulares, la destrucción de PDVSA, los gastos absurdos de armas de guerra e iniciativas nucleares, el incremento acelerado de la deuda nacional y la regaladera de nuestros recursos a paises aliados como Irán, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ucrania y Bielorusia son parte de esta estrategia y su resultado dramático es hipotecar el país de nuestros nietos.
Por esto, cada día crece la mayoría que queremos y luchamos por un cambio en Venezuela y a cuya transformación nos hemos comprometido de por vida.