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ROJOS DEDOS ACUSADORES.
Al explicar que nada tuvo que ver con el “extravío” de algunos millones de dólares asignados al pabellón venezolano en ExpoShanghai, la embajadora de Venezuela, Rocío Maneiro, pide una investigación a la Contraloría General para que se sepa que ni ella ni la embajada a su cargo tienen nada que ver con esos recursos asignados a la feria mundial.
Reaccionó así tras el cuestionamiento que la periodista Patricia Poleo hizo del manejo de unos 40 millones de euros otorgados en dos créditos adicionales de emergencia, emitidos el 5 de mayo de 2010 y el 15 de noviembre de 2009, destinados al pabellón en la Feria Mundial China, aparte de contribuciones de Pdvsa.
En esta columna hablamos de un “extravío” de $6 millones denunciado ante la Cancillería. En la ardiente defensa de su actuación la embajadora exige a la Contraloría que se dedique a revisar todo sobre los casos denunciados. Ella señala que el único responsable del manejo de esos fondos fue el viceministro de Relaciones Exteriores, Temir Porras, y que ella ni siquiera tuvo firma en ninguno de los contratos asignados o pagos realizados.
La Cancillería tiene conocimiento de que todos los envíos de divisas se los hizo Porras al Consulado General en Shanghai, a cargo de Jean Francois Ravel. Insiste la embajada en Pekín que nunca manejaron esos recursos y están cansados de la cantidad de gente que acude a cobrar sus acreencias.
Al arquitecto que diseñó el pabellón, Luis Facundo, no solo le plagiaron su creación sino que presuntamente pusieron como autora a la arquitecta Andrea Jaurea
La lista pica y se extiende. Dejaron embarcados a empresarios de distintos sectores que enviaron café, cacao, chocolate, ron, harina, hamacas, madera y papelón. Las empresas navieras que llevaron las cargas también reclamaron pero la directora del despacho del canciller, Yajaira Flores (¿clan de Cilia?) las acusa de “escuálidas” por reclamar lo que es suyo.
Al arquitecto que diseñó el pabellón, Luis Facundo, no solo le plagiaron su creación sino que presuntamente pusieron como autora a la arquitecta Andrea Jaurea, esposa de Porras (como se supo en el Colegio de Arquitectos de Venezuela), además le adeudan $1 millón por su trabajo.
Lo de la fallida presentación de la Orquesta el 5 de julio es otra historia pues los fondos “no alcanzaron”. La embajadora, junto a la periodista Mary Forero, pidió una auditoría para que quede claro quién manejó esos recursos. Maduro está al tanto pero parece que el joven vicecanciller es intocable…
Nelson Bocaranda/Runrunes